La canaria tiene una manera particular de hacer comparaciones
Casi todos los que vienen a First Dates lo hacen por una cosa (conseguir el amor) pero son varias las maneras de ver el mundo que tiene los comensales, como en el caso de Gisseeth. La canaria de nacimiento dejó en claro desde el principio que no por el hecho de estar soltera desde hace varios años, se meterá con cualquiera.
“Soy como un bolso de Chanel, pero de edición limitada”. Dijo convencida la aspirante para azafata de vuelo. Su cita fue José, un marinero canario de 27 años, con el que encontraron muchas cosas en común. Una de ellas por ejemplo es su amor a la profesión. Ella desde el aire y él desde el mar.
José le gustó la seguridad de Gisseeth y la cita en First Dates inició bien
El marinero de Islas Canarias se dio cuenta de la seguridad con la que su paisana hablaba, y eso le gustó bastante. “Sé lo que quiero, y eso también me gusta mucho de una mujer”. Luego recalcó que más allá del físico, está en la búsqueda de una mujer que lo complemente y lo excite de manera intelectual.
“A mi edad, el físico pasa a un segundo plano” dijo él. La charla fue más amena con cada minuto que pasaba. Gisseeth le comentó de sus planes laborales, y dice que aunque está en búsqueda del amor, su trabajo es primero. Lo mismo pensó José, quien aseguró que debido a su trabajo, pasa largas temporadas lejos de casa.
Aunque la cita en First Dates fue bien, no tuvo el final esperado
Precisamente fue por el ámbito laboral que los dos comensales se dieron cuenta que no habría futuro en una eventual relación entre ellos. Tanto Gisseeeth como José son dos personas muy comprometidas en sus trabajos, que lamentablemente son de tiempo completo. Y no solo eso, son labores que consumen bastante tiempo.
Otro de los detalles en donde no estuvieron de acuerdo, fue en el sexo ya que el marinero también buscaba una relación sin compromisos, mientras que ella manifestó que tendría sexo solo con una persona muy importante para ella. Fue ahí donde lanzó su comparación. “Es como vender carne en descuento. Está buena, te la comes, pero no es memorable”.
En cambio en la cita de Beatriz y Juan si inició mal y terminó peor
Los dos comensales de hoy, Beatriz y Juan, tuvieron solo una cosa en común en First Dates, ambos son viudos. La primera en llegar fue la mujer oriunda de Cádiz, quien afirmó que más allá de físico, buscaba un hombre que compartiera sus mismos gustos y aficiones. También que tuviera una visión de la vida un tanto similar a la de ella.
Lo cierto es que al ver a Juan su entusiasmo se apagó a pesar de que dijo no basarse en lo físico. El cordobés comentó que hace 15 años sufrió un infarto, y desde ahí cambió su vida radicalmente. “Tras la operación, me dediqué a viajar para olvidar lo que me había pasado y para olvidar también la separación de mi mujer”.
Los televidentes de First Dates aplauden la cortesía de Beatriz
Al ver a Juan asomarse por la puerta del restaurante, la gaditana no dudó en comentar. “El señor no me ha gustado, no es mi tipo”. Sin embargo, también decidió quedarse para no parecer descortés. “No voy a dejar al hombre ahí tirado, así que cenaré con él”. Ya en la mesa, Beatriz quiso resaltar su autoestima, asegurando que se cuida mucho en lo físico.
“Yo no me quiero echar flores, pero, por lo que me dicen, la gente no se cree que tenga 73 años. Cuando ven a mi hija y luego me ven a mí, se creen que soy la hermana mayor”. Pasando a otro tema, tuvieron su primer encontronazo. Juan le contó que le gusta viajar, y en los últimos años había estado en Latinoamérica. Fue ahí donde la gaditana criticó al cordobés por no viajar por España y conocerlo bien.
Definitivamente Juan y Beatriz no encontraron nada en común en su cita de First Dates
Como vieron que en los destinos de viaje no tenían nada en común, pasaron a otros pasatiempos, la lectura. Juan reconoció que no le gusta para nada, mientras que Beatriz dice que le encanta. “A mí me gusta mucho leer. Como me guste el libro, me meto de lleno”. Esas cositas iban dañando poco a poco la velada al punto de ver a la gaditana desganada en el resto de la velada.
La cereza en el pastel fue cuando hablaron de que tipo de relación les gustaría tener. Ella dijo que le gustaría una en la que cada uno viviera en su casa y se vieran algunas veces a la semana. Juan determinó que eso no es una relación sino una aventura. En la decisión final estuvieron de acuerdo por fin, pero para sentenciar en que no tendrían una segunda cita.