Sin miedo a tomar la palabra, la ex ministra hizo su debut por lo alto
Este jueves 16 de septiembre, ha debutado en Todo es mentira una de las grandes políticas que ha tenido el país. Se trataría de nada más y nada menos que de Esperanza Aguirre, quien por primera vez llegó al programa arremetiendo contra Pedro Sánchez y sin miedo a pedir la palabra.
“Llevábamos mucho tiempo anunciándolo. Hoy recibimos a una persona a la que teníamos muchas ganas de tener aquí. Ha sido todo en la política: ministra, ha sido presidenta de la Comunidad de Madrid, ha sido presidenta del Senado… ¡Hoy se estrena como analista de Todo es mentira Esperanza Aguirre!”. Así la recibió Mejide.
La ex política al inició del programa hizo algunas bromas para empezar su intervención
En su primer programa ha dado, como podía esperarse, varios titulares: “¿Has dicho que tenías ganas “de detener” en el programa?”, comenzaba bromeando en su primera intervención. “Nadie te va a detener aquí, porque en Mediaset no entra la policía”, apostillaba rápido Antonio Castelo tras el proclamado como “primer chiste de Espe”.
“Yo había decidido jamás aparecer por este programa por el nombre, Todo es mentira. Pero como este gobierno no hace más que decir mentiras”, decía a continuación. “Aquí, Esperanza, podemos decir ‘Perro Sánchez'”, añadía entonces Castelo, siguiendo con el chiste habitual que se trae con Miguel Lago en el programa.
El tono en el que llegó Esperanza Aguirre al programa llamó mucho la atención
“Eso no lo digo, porque es un ataque personal y yo estoy en contra de eso”, advirtió una Aguirre que destacó tanto por la comodidad que demostró en su primer programa como por su insistencia en saltarse el turno de palabra. Una situación que por momentos se colocaba un poco tensa.
Por ejemplo, esto ocurrió cuando el programa entraba a comentar las últimas novedades en torno a la polémica por el obispo de Solsona, Xavier Novell. Después de que Lago y Castelo se intercambiasen chistes, la cámara mostraba a Aguirre tratando de intervenir, por delante de Mejide. “¿Puedo hablar en serio?”, llegaba a preguntar.