Las artes del mago no solo se quedaron con los trucos sino que logró impresionar a su cita con una técnica para obtener su número de teléfono
First Dates nos ha vuelto a dejar claro que no importa cómo sino el fin. Y no tiene por qué ser exageradamente disparatado en relación a alguno de los comensales, como pudimos ver en esta ocasión en el programa de citas con Fabio, que intentó ganarse la confianza y el amor de su cita, Isabel, que se quedó sorpendida.
La estrategia estuvo ahí… pero creemos que a Isabel no le gustó demasiado la técnica, a juzgar por su cara de impresión cuando Fabio realizó su truco tan esperado, pero que no causó lo deseado. Así, Fabio es un mago italiano de 33 años, que consiguió el teléfono de María Isabel con un llamativo truco…
Fabio llevó sus trucos de magia más allá de la técnica en First Dates
Uno precisamente de magia como intentaba explicar a la chica durante todoa la cena. Y es que, al poco de comenzar a concerse en la velada, ella se percató de que la técnica no era muy limpia, y respondió comentando que “lo que en realidad ha hecho es ser un listillo y pasarse de la raya conmigo”, aseguraba.
Finalmente el italiano obtuvo su cometido, que no era otro que tener su teléfono. Para ser más exactos, Fabio le aseguró a Isabel que conseguiría su número leyéndole la mente. La realidad es que el mago escribió “Jajaja es una tontería pero ahora tengo tu telefóno. ¡Qué morro que tiene el italiano!”.
Todo ello lo escribió en una carta de una baraja, logrando su objetivo. “Es que soy muy tonta e inocentona. Siempre pico. Me ha fascinado. Te debo una”. Y lo cierto es que ambos comensales se mostraron muy compenetrados en una cita que con el paso del tiempo se notaba que iba a ir a más.
La gran sintonía hizo que tuvieran una segunda cita
Donde Isabel, de Granada, buscaba un hombre humilde, simpático y con chispa con el que reírse, Fabio ya hacía una declaración de intenciones en su presentación: “La gente me dice que tengo morro, pero en la vida en general hay que tenerlo”, le comentó a su cita. Entre tanto, descubrieron que la lectura es el fuerte de los dos.
Esto no hizo más que incentivar que los dos quisieran tener una segunda cita, pese al truco pasado de vueltas de Fabio. Pero Isabel accedió, más ante los encantos del italiano.”Me encanta su sonrisa, me pone de buen humor y me gustaría estarlo más veces”, explicó el mago, que también quiso tener una vista m,ás allá del restaurante con la granadina.
