No sabemos si la pareja tuvo una química de verdad o solo estaban muy animados
Pocas ocasiones pasan en First Dates cuando los comensales se pasan de tragos, ya que en la barra atendida por Matías se sirven desde bebidas destiladas hasta las fermentadas, como la cerveza que tomaron Conchi y Antonio. La pareja de veteranos comensales aceptan que se gustaron desde el primer momento en que se vieron.
La granadina comentó que le gustó el sevillano desde su físico y carisma, hasta cuando supo que se llamaba Antonio. “Me ha gustado porque mi padre, mi sobrino, mi cuñado y mi yerno se llaman Antonio, tengo muchos en la familia. El nombre ya me ha llegado” dijo con entusiasmo la auxiliar de enfermería.
“Brindo por esta mujer” dijo Antonio en la barra de First Dates refiriéndose a Conchi
Cuando los comensales se encontraban en la barra, no dudaron en pedir cerveza, pero Antonio como buen obrero pidió una muy grande. Acto seguido brindó con Conchi quien reconoció “Es una mujer hermosa y atractiva”. El sevillano le contó más sobre su vida, y dijo que trabaja en obras públicas, asfaltando, poniendo bordillos y pavimentos.
En la cita también hubo tiempo para hablar de la familia. Él le comentó que tenía dos hijas, y Conchi reveló que tenía 5 herederos. Hubo tanta confianza y complicidad entre ambos, que la granadina le confesó a Antonio que le gusta reírse, pero ahora no lo puede hacer mucho. “Me encanta reírme, pero me están arreglando la boca y ahora no lo hago mucho”.
Conchi frenó en seco a Antonio cuando ya iba por la tercera cerveza en First Dates
Entre charla y charla la cerveza se fue acabando y Antonio tenía la necesidad de pedirse una tercera ronda. Sin embargo, Conchi le puso un freno mientras decía. “Me van a dar fatiga ya. Van a decir que a la granadina y al sevillano se les fue la mano”. Como la estaban pasando tan amenamente, el obrero decidió hacer caso.
El caso es que la pareja de comensales la pasaron muy bien en todos los sentidos, que era imposible imaginar que no tendrían una segunda cita. El sevillano empezó diciendo que si saldría con ella una segunda vez pues “por la alegría que tiene y su sonrisa”. Conchi coincidió con él y también dio el sí pues quiere seguir en el proceso de “seguir conociéndonos”.
En la cita de Samantha y Jordi también se pusieron festivos
Samantha no le tiró los tejos a Jordi sino los aviones, y es que la barcelonesa es azafata y ya se cansó de estar soltera, por eso vino a First Dates. La chica asegura que por su trabajo de viaje constante, no ha podido dedicarse a su vida sentimental, amorosa y por supuesto sexual. Sin embargo, viene al dating show con exigencias un tanto altas.
La tripulante de cabina asegura que la gente le llama pija, pero ella reconoce que no es así. Más bien se describe como “Segura, independiente y carismática”. Su cita fue el empresario de Barcelona aunque radicado en Castellón, Jordi. Su presencia y porte fueron suficientes para dejar a la mujer algo fascinada y encantada.
Jordi dispuesto a subirse en el avión de Samantha para escapar de First Dates
La velada no pudo tener un mejor inicio. Ambos se vieron muy cómodos en casi toda la cita y por supuesto ella no se quedó callada al opinar acerca de Jordi. “Es un hombre que impacta mucho. Me ha encantado. Y además cocina, me parece super sexy”. Él por su parte destacó que lo que más le gustó de la azafata, era su don para la comunicación.
Todo se veía muy bien entre los dos y ambos demostraban ganas de seguir la cita pero en otras circunstancias. Entonces fue cuando hablaron de deportes y lo otro. Samantha reveló que le gusta practicar el senderismo a lo que Jordi también exclamó que por coincidencia del destino él también lo hace.
Samantha suplica a Jordi una segunda cita fuera de First Dates
Los dos comensales no solo coincidieron en que les gusta practicar el senderismo, sino que lo hacen constantemente en un lugar en específico, el Camino de Ronda. Ambos se preguntaron como era posible que nunca se hayan visto, a lo que la barcelonesa aprovechó para insinuar que deberían salir a practicar juntos.
“Ya me invitarás” exclamó Samantha, pero Jordi solo sonrió y no dijo nada. Al no tener una respuesta concreta, la azafata se lanzó con toda y sin prejuicios. “Dame una segunda cita, que me muero de vergüenza”. Con esta declaración, el hombre no dudó en decir que sí le gustaría tener una segunda velada con ella.