La joven comensal llegó al restaurante con una única fijación
Patricia pasará a la historia de First Dates como una de las chicas más atrevidas y directas. Sin embargo, su cita no comprendió muy bien su forma de pensar. Es más, huyó despavorida cuando Patricia se lanzó, literalmente, a su cuello. La intención era propinar un beso inolvidable. Pero cayó en el olvido más absoluto.
No es la primera vez que a First Dates va una persona totalmente desvergonzada, algo que siempre gusta a los espectadores. Pero en esta ocasión traspasaba todos los límites, pues llegaba a ser incluso incómodo para los espectadores. Y es que Patricia llegó con un claro objetivo, que era encontrar a alguien que le diera mandanga. Una frase que dejó a la audiencia del programa boquiabierta.
Patricia a saco Paco en First Dates
Nada más llegar al programa de citas mostró las esposas que había llevado para atar a su cita. Y es que, como comentó, había ido a First Dates buscando a una persona que le diera sexo. Le daba igual si era hombre o mujer, pues incluso le preguntó a Matías si quería ser él el esposado. Y es que, como comentó, ella es una persona muy abierta y lo único que le importa es que le den mandanga de la buena.
Por coincidencias del destino, su cita también se llamaba Patricia. Pero en esta ocasión era mucho menos directa y en ningún momento se mostró tan abierta como Patricia. De hecho aseguró que le cuesta mucho enamorarse y mucho más que le dure el amor. No obstante, nada hacia presagiar que su cita iba a salir mal, pues a primera vista las dos parecían tener muchas cosas en común.
Patricia mete boca sin éxito
Pero al poco de comenzar la cena, Patricia volvió a generar la incomodidad. Y es que según aseguró las almejas le gustaban según el contexto. Una indirecta que parecía no gustar nada a la otra Patricia, que incluso tuvo que rechazar una propuesta de beso. Pero pese al rechazo, Patricia intentó besarla de nuevo, aunque se llevó un nuevo fiasco, ya que volvió a ser rechazada. Y no sería la última vez.
En la decisión final, la segunda Patricia decidió rechazar tener una segunda cita, pues había quedado horrorizada con su cita. Y es que únicamente pensaba en sexo. De hecho, tras saber que se marcharía sola del programa de citas, comentó que al final se había quedado sin beso y sin mandanga. Algo que demostraba que no había ido en búsqueda del amor, sino en busca de una persona con la que pasar un buen rato.