Al presentador se le ocurrió una idea para los días en los que el programa está vacío y no acude gente al espacio de entretenimiento
¡Ahora Caigo! se ha especializado siempre por contar con uno de los platós más brillantes del momento, en el cual sus trampillas para los concursantes como la central es uno de los más llamativos a la hora de hacer las participaciones del programa de Arturo Valls, el cual nos mostró una faceta muy divertida.
Tuvo que ver, en su caso, con una actitud desternillante a la hora de presentarnos el que iba a ser, al menos por un momento, el nuevo plató del espacio de las tardes de Antena 3 y que, por cierto, ha vuelto a sumar una gran cantidad de espectadores a raíz de la vuelta a las emisiones tras el confinamiento.
Una idea para hacer del plató más formal
Así, ¡Ahora Caigo! nos mostraba un plano del presentador hablando por línea interna. “Esperad, que estoy con un asunto”, advirtió Valls a los concursantes y público de ¡Ahora caigo! con el teléfono en la mano. “Creo que les va a encantar porque es muy luminoso, amplio, hace poco hicimos reformas”… comenzó.
“Se nota que es un sitio donde hay buen rollo…”. Esto tiene que ver con que el valenciano quiso ampliar la utilidad del conocido plató del programa por uno más formal, como advirtió de sobreaviso a los participantes y espectadores, que se mostraban atónitos ante la ocurrencia del conductor.
“Eso sí, háganlo rápido porque hay gente interesada. Nos vemos el sábado”. Tras colgar, comentó con los participantes y espectadores su conversación. “Perdonad”, dijo hacia el público de su programa. “pero es que el plató, entre semana, está lleno de gente, de risas, de aplausos, de vida…”
El presentador quiso hacer de ¡Ahora Caigo! un restaurante
“En cambio, los fines de semana da una pena tan vacío… y he pensado alquilarlo los sábados y los domingos”, explicó. Es así que quiso sorprender al resto de los presentes con una idea que se la había ocurrido para ocupar esos dos días que el plató del concurso está vacío. “¿Y si lo convertimos en un restaurante? En cada trampilla, una mesita, que mantiene la distancia de seguridad”.
Para finalizar, continuó enumerando en lo que podría ser el nuevo plató, entre risas. “Otra ventaja, si hay unos comensales molestos y muy pesados, abres la trampilla y el chef Vicente se encarga de ellos. Son todo ventajas”, afirmó Valls, que había pensado en todos los detalles: “He pensado hasta en el nombre del restaurante, sería ¡Ahora como!”, dijo entre bromas.