Muchos espectadores creen haber detectado los mecanismos reales de Josep Pedrerol con sus colaboradores
El Chiringuito es un modelo claramente de autor. El mérito hay que concedérselo a un Josep Pedrerol que se sacó de la manga Punto Pelota hace ya muchos años y ha logrado la excelencia con el salto a Atresmedia. Con mayores recursos El Chiringuito se ha convertido en un referente en las noches, mezclando actualidad deportiva con un poco de todo.
En este cóctel resultante, los tertulianos cobran muchísima importancia a la hora de focalizar un tema. Porque Pedrerol necesita que el ambiente esté constantemente caldeado. Muchas veces se ha llegado a pensar que más que tertulianos son actores.
Cristóbal Soria hundido
Porque al menos eso parece cuando llevan hasta el extremo la defensa de un tema. Ayer, por ejemplo, tras la Supercopa de Europa, en la que el Sevilla FC cayó en la prórroga ante el todopoderoso Bayern de Múnich, Cristóbal Soria salió como una fiera.
El polémico tertuliano se puso muy serio y echó toda la responsabilidad de la derrota al delantero Youssef En-Nesyri, simplemente porque falló una ocasión bastante clara en las postrimerías del encuentro, antes de llegar a la prórroga.
Pedrerol impone opinión
Muchos espectadores no daban crédito al enfado de Cristóbal Soria. El Bayern había metido 8 goles al Barcelona hace un mes e hizo lo propio en la primera jornada de Bundesliga. El Sevilla FC cayó con honores y se merecía alabanzas.
Por eso cree cada vez más gente que es el propio Josep Pedrerol el que obliga a sus tertulianos a adoptar determinadas poses según lo que realmente importe. Aunque no sea su opinión. Quiere caña, quiere jaleo, y por eso mediatiza a sus tertulianos.