Los clientes ya no toleran la subida de precios de algunos productos básicos de uso habitual
Vivimos en una época en la que se puede acceder prácticamente a cualquier cosa desde cualquier sitio. Esta situación se debe a la tecnología y a la mejora en los transportes y las comunicaciones. Ya no es necesario estar en el mar para comer buen pescado ni en un paraíso tropical para disponer de frutas exóticas como el mango, la piña o el maracuyá.
Sin embargo, esta capacidad de tenerlo todo en cualquier época del año, conlleva un problema de base y muy sencillo de entender, pero que enfada y mucho a los clientes. Sobre todo a aquellos más jóvenes que no han sido partícipes de lo que era todo el consumo hace unos años.
La fruta ya no es barata
Porque antes la fruta era barata. Muy barata. Pero todo el mundo sabía perfectamente la época ideal de una fruta o verdura. Todo se vendía en temporada, es decir, en el momento en el que las plantas de cada sitio daban sus frutos.
Por tanto en España había naranjas en abril, uvas en agosto, fresas a finales de la primavera, tomates y pimientos en verano… etc. En esos momentos, la producción de dichas frutas era tan elevada que siempre estaban a un precio muy bajo en los supermercados.
El Corte Inglés se pasa
Pero ahora, los jóvenes se han acostumbrado a tener de todo en cualquier época del año. Y claro, esto aumenta y mucho los precios. Porque si no es temporada de naranjas, las que hay en el supermercado seguramente las traen de otro continente dónde sí que es temporada debido al clima.
Y en ese transporte se encarece muchísimo el producto. Hasta el punto de que en el Supermercado de El Corte Inglés, las naranjas de zumo se encuentran a un precio prohibitivo. De hecho un cliente ha denunciado en las redes que ha pagado la friolera de 8,60 euros por tres kilos de naranjas de zumo.