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Pollos sin cabeza rescata del ostracismo a Hugo Silva

Una comedia sobre fútbol que sigue el día a día de un exjugador metido a agente de futbolistas

Para los verdaderos amantes del fútbol ha llegado una serie que sin duda, los tendrá pegados a la pantalla. Se trata de Pollos sin cabeza, una producción de la plataforma HBO. Cabe tener en cuenta que la expresión “como pollos sin cabeza” , es pensar en la figura de John Benjamin Toshack.

Todo empezó cuando el conjunto merengue acababa de sufrir una dolorosa derrota contra el Atleti, y Toshack, fruto del enfado que llevaba encima, definió así, “como pollos sin cabeza”, el alocado juego que habían desplegado sus futbolistas sobre el césped del Vicente Calderón. De aquí nació la serie que busca brillar en HBO Max.

Pollos sin cabeza
Pollos sin cabeza espera sorprender en HBO Max

La plataforma HBO Max estrenó Pollos sin cabeza, su nueva serie original española

Desde entonces, hablar de “pollos sin cabeza” es hablar de caos. Más o menos lo que viene a reflejar la serie del mismo nombre que estrenó HBO Max este 28 de abril. Pollos sin cabeza, que inicialmente iba a llamarse Monos con pistola, sigue las andanzas de un exfutbolista reconvertido en representante de jugadores.

Beto, interpretado por Hugo Silva, debe sobrevivir ahora al caos que sufre a su alrededor por su faceta como agente, marcada por batallas empresariales contra otra agencia de representación, pero también por los futbolistas a los que representa. Jóvenes jugadores que se dejan llevar por la fama, la droga y el dinero.

Una serie que utiliza el mundo del fútbol para establecer una comedia sin tapujos

El problema es que el romanticismo en el fútbol de élite se está perdiendo entre contratos y egos muy desmedidos, y Pollos sin cabeza, no mira la situación desde el optimismo, sino que ofrece una mirada más cruda, dentro de su tono ligero, amparándose en la etiqueta de comedia dramática.

Y la ficción creada por Pablo Tébar y Jorge Valdano Sáenz aborda el tópico de que los futbolistas no saben hablar ante la prensa, la homofobia en el deporte y el temor a la retirada, asumiendo que el humor es una herramienta ideal para denunciar casi todo lo que está mal en el mundo.