La chapuza de los trenes de Cantabria, que no entraban en los túneles, llega a Europa y podría tener consecuencias dramáticas para nuestro país
Renfe puede generar un agujero de 150 millones. Dicha cantidad fue la que recibió en concepto de préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que ahora se plantea interrumpir la operación. Y es que la chapuza histórica al fabricar trenes que no caben en los túneles puede suponer un borrón histórico para una de las empresas más relevantes en España.
Vayamos por partes. La polémica nace tras el encargo fallido de material rodante para sustituir los trenes de FEVE en Cantabria. Los nuevos trenes no entraban en los túneles de la comunidad norteña, dilapidando un presupuesto de 238 millones de euros. Una parte importante, hasta 150 millones, fueron financiados para Renfe por fondos europeos a través del BEI.
Renfe pierde los millones de los fondos europeos
El dinero se concedió en el marco del programa de Fondos Europeos Para Inversiones Estratégicas y el propósito del acuerdo de financiación pretendía aumentar la eficiencia, la calidad y la capacidad de transporte de servicios ferroviarios para mejorar la accesibilidad de los pequeños municipios al empleo, la educación y los servicios básicos garantizando la integración regional en Cantabria.
Evidentemente los plazos ya no se van a cumplir, pues ahora hay que poner el contador a 0, tanto en tiempo como en presupuesto. Renfe todavía no ha perdido nada, ya que no se han abonado los millones pendientes a CAF, el encargado de efectuar la fabricación.
Los antecedentes no ayudan a Renfe
Sin embargo, sí que podemos guiarnos por un precedente. Ocurrió en Andalucía allá por el 2014. Renfe incumplió los plazos en el AVE entre Sevilla y Antequera y Andalucía se vio obligada a devolver 180 millones al BEI. Renfe refleja en el contrato, eso sí, que las amortizaciones se realizarán en función de los ingresos.
Lo que parece claro es que un error de semejante magnitud debe pagarse caro. De momento desde Renfe y Adif se han cesado a los responsables de la licitación. Pero la cantidad de millones tirados a la basura dejará un agujero tremendo a Renfe en un año, este 2023, dominado por la recesión económica mundial.
