El máximo mandatario de Rusia sobrevive gracias a fármacos occidentales y debería trasladar el poder cuanto antes para evitar que las élites rusas acaben con él y con sus ideas
A personajes como Vladimir Putin únicamente se los puede llevar por delante alguna maldita enfermedad. El máximo mandatario ruso está inmerso en dos guerras muy distintas pero igual de mortíferas. Por un lado, sigue arrasando Ucrania, no para ni en Navidad. Por otro, el cáncer, único obstáculo para quien cree que todo se compra con dinero.
Ironías del destino, Putin resiste a la enfermedad más temida gracias a fármacos occidentales. Sí, ese mundo que tanto detesta y del que ha tratado de separar por todos los medios a los ciudadanos rusos. Sin embargo, todavía no se ha inventado el medicamento que mate al cáncer. Se puede prolongar la agonía, evitar que se extienda rápido… pero tarde o temprano, el destino está escrito.
El cáncer de Putin es irreversible
Hay que tomarse con mucha prudencia esta información. No es día para tomar a la ligera ciertas cosas. Pero que Putin padece la enfermedad es totalmente cierto. Como igual de cierto es que en mitad de la guerra, desde Rusia, no se emite mucha información que digamos.
Pero hay que saber leer entre líneas. Una figura tan ambiciosa como Putin no hablaría de tregua a la ligera. El día de Navidad ya se desmarcó diciendo que las guerras, tarde o temprano, terminan en negociaciones. Como dando a entender que más pronto que tarde habrá que poner punto y final a las armas.
Putin alarga la enfermedad con fármacos occidentales
Un historiador ruso, que sabe muy bien de lo que habla, afirma que ahora Rusia es más peligrosa que nunca. Bueno, Rusia no, Putin. Que ahora que sabe que su futuro está escrito, se quiere llevar el mundo con él. Esta opinión procede de Valery Solovey, un historiador y analista político ruso que incluso va más allá.
Y es que Solovey sostiene que, si Putin está alargando la enfermedad con diversos fármacos, es únicamente para mantener activa la lucha contra Ucrania. Nunca una frase hecha encajará mejor para definir una situación, como la actual de Putin: el mandatario ruso quiere morir matando.
