La cadena valenciana de supermercados incurre en deficiencias de bulto con uno de los productos más demandados en la actualidad
Vivimos una época donde todas las costumbres clásicas se han ido perdiendo. Ahora todo el mundo tiene prisa y se está perdiendo la costumbre de cocinar aquellas cosas que ya se venden hechas. Un claro ejemplo es el tomate frito, que antes siempre hacían las abuelas y hoy en día la mayoría lo compra ya hecho. Y en esa guerra Mercadona, por lo que sea, no ha sabido dar con la tecla.
El tomate frito casero es seguramente una de las cosas más deliciosas que existe. Pero la receta, aunque muy sencilla, implica estar varias horas cociendo a fuego lento, algo que la mayoría de familias hoy en día no está dispuesto a realizar.
La importancia de tener tomate frito
Por eso, todas las cadenas de supermercados tienen a la venta numerosos tipos de tomate frito, y muchos tratar de huir de los clásicos Orlando, para ofrecer un tomate que dicen ser casero. Tomate casero, tomate al estilo de la abuela… son algunos de los reclamos.
Pero no todos los supermercados han sabido dar con la tecla en un producto que si es casero de verdad es de las cosas más sanas que existen, pero que de no serlo acumula una cantidad de calorías que lo convierten en un producto a evitar.
Problemas con el tomate frito de Mercadona
Y es que según la Organización de Consumidores (OCU), el tomate frito de Mercadona presenta muchas carencias. De hecho se cree que el hecho de que ponga “receta artesana” atiende únicamente a una estrategia comercial. Es demasiado alto en grasas, azúcares y sal, y contiene demasiadas calorías. Una bomba en toda regla.
Resulta extraño que un producto de la marca Hacendado, la blanca de Mercadona, presente estas carencias, ya que la cadena de supermercados valenciana es todo un referente en la gran mayorías de productos, sobre todo en limpieza, higiene y alimentación.
