Mucho revuelo en la visita de la presidente de la Comunidad de Madrid para recoger un premio como alumna ilustre
La que se ha montado este martes en la visita de Ayuso a la Universidad Complutense estaba previsto con anterioridad. No se entiende de otra manera la existencia de unos 20 furgones de la policía con 200 agentes desplegados en la zona desde las 9:00 horas. La presidenta de la Comunidad de Madrid sabía que no era bien recibida.
Los estudiantes tenían preparada todo un arsenal de pancartas y cánticos para hacer ver que Ayuso no era querida en la Complutense. No es de extrañar que, en la universidad pública, no se quiera ver ni en pintura a una de las grandes rivales de lo público. A la reina de los recortes.
La libertad de Ayuso desaparece en la Complutense
Lo que ha llamado poderosamente la atención de esta jornada, teóricamente festiva, de Ayuso en la Complutense, es la ausencia del rasgo más pregonado de la presidenta. La famosa libertad. Desde las 09:00 de la mañana 20 lecheras de la Policía aguardaban en la avenida principal de la Universidad.
A la Facultad de Ciencias de la Información, lugar del homenaje, no se permitía la entrada a los estudiantes. Había derecho de admisión para evitar protestas. Unas protestas que ni con la intimidación de 200 policías han logrado frenar. Incluso la alumna más ejemplar de la Facultad, ha dado un discurso explicando los motivos de no querer a Ayuso en la Complutense.
Ayuso desafía a los estudiantes de la Complutense
Según cuentan varios testigos, los estudiantes tenían prohibido el acceso al recinto, mientras que sí que se vieron dentro algunos miembros de la juventudes del PP, que siempre van a actos de Ayuso para mostrar su apoyo a la presidenta. Es decir, al final, la libertad se convierte en censura.
Palmeros y 200 policías velando por la seguridad. Ayuso incluso se permitió el lujo de desafiar a los presentes: “La Complutense es mi casa y siempre voy a volver”. Al final Ayuso ha logrado lo que se proponía, hacer ruido mediático en una época de pre campaña electoral.