Un cliente denuncia que las facturas siguen llegando a pesar de que tramitó el fin del contrato
La guerra de las telecomunicaciones está más activa que nunca. La crisis del coronavirus ha radicalizado a los agentes de las diferentes marcas, que son mucho más agresivos con la insistencia. Orange se ha quedado un poco apartada, ya que no puede competir con los servicios más caros y comienza a ser más costoso que otros que son muy baratos.
Pero al final problemas dan todas. Porque en todos los lados cuecen habas. Vodafone o Movistar, que están en lo más alto, sufren cada día los toques de atención de miles y miles de clientes. Por lo que tampoco se libran de esta competitividad que hay ahora.
Ofertas a tutiplén
La crisis económica, la falta de trabajo, el descenso de los sueldos… Está haciendo que muchos ciudadanos vayan prácticamente al euro. A veces se contrata un servicio y no otro porque la diferencia al mes es de 5-10 euros. De ahí que las empresas aprieten para mejorar ofertas.
Orange es de esas compañías de bajo coste que a través de acuerdos con los más grandes ha logrado ofrecer a un precio competitivo el mejor fútbol, las series de actualidad… Una oferta bastante interesante. Pero tiene otros problemas mucho más importantes.
Trámites imposibles con Orange
Cualquier trámite con Orange puede salir mal. Tienen poca comunicación entre sus departamentos y muy pocos recursos para resolver incidencias. Esta situación hace que muchos clientes se quejen a veces de cosas tan surrealistas como la que ahora nos ocupa.
Porque un cliente de Orange afirma haberse dado de baja el pasado mes de abril. Sin embargo, en octubre, es decir, seis meses después, todavía recibe cada mes la factura de Orange. Un servicio que ya no tiene. Ha reclamado tres veces y todavía no tiene solución. Un desastre.