Las dificultades en la gestión desde el fallecimiento de Emilio Botín desata la preocupación entre los socios más minoritarios
Hablar del Banco Santander es hacerlo de la primera entidad financiera en España sin discusión. Sin embargo, la empresa cántabra no pasa por sus mejores años, con acciones que se van desplomando y muchísima inestabilidad en su gestión. Hasta tal punto que los pequeños accionistas han alzado la voz para exigir un cambio en las altas esferas del Santander.
Con Emilio Botín el Banco Santander fue siempre un centro financiero referente. Las acciones subían y subían y los dividendos eran generosos. Tanto es así que numerosos particulares decidieron invertir en su momento algunos de sus ahorros en acciones de la empresa.
Las acciones del Santander fueron garantía de éxito
Se trataba de una forma muy interesante entonces de sacar rentabilidad a los ahorros, muchísimo mejor que la que ofrecían en esos tiempos las diferentes cuentas de ahorro de los distintos bancos. Las acciones llegaron a estar en 14 euros con relativa normalidad.
Para muchos era una garantía, ya que en sus inicios las acciones se compraron por un máximo de entre 8 y 10 euros. Por tanto los que confiaron en Emilio Botín y se convirtieron en accionistas del Banco Santander tuvieron años muy buenos.
Ana Botín no está a la altura
Sin embargo, el fallecimiento del ilustre empresario cántabro hizo que los galones recayeran son su hija, Ana Patricia Botín, cuya gestión ha dejado bastante que desear. Tanto es así que las acciones han ido bajando y los pequeños accionistas no pueden estar más enfadados.
Muchos que pusieron hasta 40.000 euros en su día apenas cuentan hoy en día con 8.000 y las razones, según muchos expertos, escapan a la crisis económica. Todo se debe a la pésima gestión de Ana Botín. Por este motivo ya se piden cambios en la dirección del Banco Santander.