El emérito posee una fortuna escandalosa de la que diversas informaciones apuntan al respecto conociendo los tejemanejes de su pasado
Mientras el tiempo y la historia se van hilando lenta y caprichosamente, el rey emérito Juan Carlos I sigue siendo noticia, y ya no solo por su huída a la República Dominicana, sino por todos los secretos se van encontrando un día sí y al otro también con respecto a su polémico y controvertido pasado.
Operaciones bajo la mesa y blanqueamiento son parte de las últimas, pero es ahora cuando todo el pueblo está empezando a enseñarse contra el ex-monarca, preguntando hoy de dónde salió su fortuna, y qué se ha hecho con ella, de la cual se estima que está valorada en 2.000 millones de euros.
Juan Carlos I cobraba “hasta por la ropa que vestía”
Y es que, según los expertos preguntados y las diferentes informaciones que puntan directamente con Juan Carlos I, el emérito “cobraba hasta por la ropa que vestía. Las marcas que aparecían en las portadas de las revistas le han pagado toda la vida”, como admitía recientemente Rebeca Quintans, una de las autoras de investigaciones sobre el que fuera monarca.
“La fortuna de Juan Carlos sale de sacar rentabilidad a todo lo que hace a través de mordidas. Cuando firma contratos en el extranjero, exigía su comisión”, afirmó Quintans. Por su parte, la última cantidad atribuida a Juan Carlos I se eleva a 2.300 millones de millones de dólares -casi 2.000 millones de euros-.
Una cantidad estimada por un promedio de cifras ya publicadas, donde las distintas informaciones al respecto señalan que “sigue siendo un secreto” cómo Juan Carlos de Borbón “ha amasado su considerable riqueza personal”. Además, en 2002, ya circulaban cifras como los 1.700 millones de euros: 545 de fortuna personal y 1.136 de bienes familiares.
La historia se remonta al año 1977 con el Sha de Persia
Una historia a la que debemos remonarnos al año 1977, donde Juan Carlos I pidió al Sha de Persia una ayuda de 10 millones de euros para el Gobierno de Adolfo Suárez. Ese dinero, según todas las informaciones de la época, sí fue concedido desde Persia, pero a partir de ese momento se pierde su rastro.
Por lo que no se volvió a conocer ninguna información más de la ayuda persa en concepto de “ayuda a la democracia”. Más tarde, en 1979, el economista Roberto Centeno pone como inicio de los cobros de comisiones en las negociaciones del petróleo. Por cada petrolero, asegura, se embolsó 5 millones de dólares. Pero hoy seguimos sin nuevas del emérito, huído hacia el destino de Casa de Campo, en República Dominicana.