De una coincidencia en Madrid a la gloria olímpica
En medio de la atención mediática que rodea a figuras como Rafael Nadal y Carlos Alcaraz, la verdadera sorpresa de los Juegos Olímpicos de París 2024 ha sido la pareja formada por Sara Sorribes y Cristina Bucsa. Este dúo, que surgió de manera fortuita en Madrid, ha demostrado ser una fuerza formidable en la competición olímpica. Su viaje comenzó cuando la compañera habitual de Sorribes, Marie Bouzkova, se retiró en el último momento, llevando a Sorribes a proponer a Bucsa como su nueva socia apenas cinco minutos antes del cierre del plazo.
Esta decisión apresurada resultó ser una jugada maestra, ya que la pareja no solo ganó un trofeo en la Caja Mágica de Madrid, sino que ahora está en la contienda por una medalla olímpica. Su último triunfo contra las gemelas ucranianas Lyudmyla y Nadiya Kichenok, con un marcador de 6-3, 2-6 y 12-10 en 1 hora y 41 minutos, las ha catapultado a las semifinales, donde se enfrentarán a las rusas Mirra Andreeva y Diana Shnaider.
La resiliencia en la pista de Paris
El partido contra las Kichenok fue una auténtica prueba de resiliencia y determinación. A pesar de tener una ventaja inicial, Sorribes y Bucsa se encontraron en un apuro cuando las ucranianas tomaron una ventaja de 7-3 en el desempate, acercándose a solo tres puntos de la victoria. Sin embargo, ni Sorribes ni Bucsa perdieron la fe. Lucharon con convicción, superando la templanza de sus adversarias y logrando una serie explosiva que las llevó a la victoria final.
El contraste entre las personalidades de las dos españolas es evidente: Sorribes, con su fuego y expresividad, y Bucsa, con su frialdad y enfoque silencioso. Esta combinación ha demostrado ser efectiva, permitiendo que su colaboración, nacida de una coincidencia en Madrid, florezca en el escenario olímpico.
El camino hacia las medallas
El camino de Sorribes y Bucsa en los Juegos Olímpicos no ha sido fácil. Ambas habían caído en sus partidos individuales el lunes anterior: Sorribes ante la campeona de Wimbledon, Barbora Krejcikova, y Bucsa contra la canadiense Leylah Fernández. Además, Sorribes no tuvo suerte en la modalidad de mixto junto a Marcel Granollers. Sin embargo, su asociación en dobles ha sido un faro de esperanza.
Desde su inesperada alianza, han jugado ocho partidos y ganado los ocho, una hazaña que difícilmente puede atribuirse al azar. Con el apoyo de sus técnicos Silvia Soler y Paco Fogués, y la seleccionadora Anabel Medina, ambas jugadoras se preparan para enfrentar a Andreeva y Shnaider, quienes eliminaron a las favoritas checas Krejcikova y Kateryna Siniakova. El desafío es grande, pero no imposible.