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Carlos Alcaraz rodeado de gente poco respetable

Unos días de descanso del tenis han sido motivo de fuertes críticas al tenista murciano

Cuando uno es referente mundial en lo que sea, debe tener claros que sus acciones tienen consecuencias. Carlos Alcaraz seguro que ya lo sabe después de haber posado en la plaza de toros de Murcia. En un mundo cada vez más animalista y antitaurino, el número uno del tenis español ha decepcionado a miles de seguidores.

Pero es que encima no es que haya ido a los toros, que al fin y al cabo ha podido ser de forma excepcional. Todavía es más grave las compañías con las que se ha visto a un Carlos Alcaraz que se ha tomado unos días de descanso tras el US Open. Dichas compañías no son precisamente lo que se conoce como gente deseable.

Alcaraz toros
Su inusual aparición en la plaza de toros de La Condomina durante la Feria de Murcia

Carlos Alcaraz en los toros

Alcaraz se ha ido a los toros acompañado de Pepín Liria y José María Otín. El primero es un ex torero que fue citado en su día como testigos de abusos sexuales en la escuela taurina que dirigía. El otro es uno de los monitores que fue detenido por abusar sexualmente de 10 alumnos menores.

Es decir, que a la ya criticada presencia de una referencia del deporte mundial en un espectáculo en decadencia y constante crítica como la tauromaquia, hay que sumar las malas compañías. Carlos Alcaraz, que nació en 2003, ha sido fuertemente criticado por ello.

Se borra de la Copa Davis

Y es que el tenista de El Palmar, no podía haber elegido peor actividad para sus días de descanso. Tras caer el pasado viernes ante el ruso Medvedev en las semifinales del US Open, Alcaraz se borró de las eliminatorias de la Copa Davis para reposar y prepararse para el final de temporada.

Una ausencia que ha levantado muchísima polvareda en Valencia, ya que el enfrentamiento entre Alcaraz y Djokovic había provocado que se vendieran todas las entradas. Ahora, el murciano ha sido sustituido por un Albert Ramos que, con todo el respeto del mundo, no genera la misma expectación.

Carlos Alcaraz