Los rechazos a los actos del australiano por parte del español han ido a más en las últimas horas
Un nuevo caso de descarga emocional se ha vuelto a tomar el tenis, justamente uno de los temas puestos en contexto por parte de Rafa Nadal y los recientes ejemplos protagonizados por Kyrgios. En esta oportunidad, el actual campeón del Australian Open ha manifestado que si bien sostiene buenas relaciones con todos sus compañeros, existen cosas que no se están tomando bien por parte de la organización.
Jenson Brooksby deja la escena más lamentable del inicio del fin de semana, cuando en su partido ante Coria despachó su raqueta con furia desde su posición adelantada en la cancha que casi ha impactado a uno de los ayudantes de campo. Sin siquiera pedir una excusa fue hacía adelante y lo demás ha sido lamentable.
Nadal como emisor del gremio ha enfocado el ejemplo de Kyrgios al mundo y sostiene que deben haber cambios al respecto
En el partido, el argentino que enfrentaba al estadounidense ha salido de inmediato a solicitar la descalificación del agresor, que para el juez de silla solo fue equivalente a la pérdida de un punto. Luego, horas más tarde, se ha conocido una sanción más fuerte, pero el mensaje de Nadal es evidente, existen controles, y jamás se pueden sobrepasar los límites.
Para el australiano todo esto ha sido tomado de manera muy dispersa, inclusive saliendo a algunos medios a re afirmar que su carácter es tomado como ejemplo para muchos. Aunque el número dos del mundo confirma que no es nada personal y que le gusta la pasión que imprime el señalado en el campo, hay que reestablecer el control, y son las directivas del circuito las que deben sentar un precedente.
Polémica servida y toda la responsabilidad para la ATP
Dentro de su entrevista, Nadal ha dejado palabras muy congruentes y sensatas que invitan a la reflexión. Enseñanza, inclusive maneras de entender lo que sucede dentro de un terreno de juego, pero luego está la parte humana y esa debe estar siempre por encima de todo. Ha invitado a ATP a marcar límites, porque cuando no se establecen es fácil seguir escalando.
Por fortuna el evento no dejó afectados, y solo en las imágenes se puede ver al ayudante esquivar una raqueta que iba a gran velocidad. La furia descargada ha dejado imborrables recuerdos, raquetas rotas, alegatos, inclusive retiros, pero es justamente ahí donde la racionalidad debe imponerse a lo opuesto.