Las nuevas regulaciones imponen motores V4 y redefinen la aerodinámica, obligando a Yamaha a tomar una decisión histórica
MotoGP se encuentra en la antesala de una revolución técnica que cambiará la competición tal como la conocemos. A partir de 2027, las normativas introducirán modificaciones radicales en la mecánica y la aerodinámica de las motos, con un impacto directo en el rendimiento y la estrategia de los equipos. Entre los cambios más significativos está la adopción obligatoria de motores V4, lo que pondría fin a la era de los tradicionales inline-four y obligará a Yamaha a replantear por completo su enfoque en la categoría.
Durante años, los motores inline-four han sido el sello distintivo de Yamaha, ofreciendo una entrega de potencia más lineal y una mayor estabilidad en curva. Sin embargo, la evolución del campeonato ha favorecido a los motores V4, que han demostrado ser más eficientes en términos de aceleración y velocidad máxima.

El fin de los motores inline-four en MotoGP
Con la salida de Suzuki en 2023, Yamaha quedó como la única escudería fiel a la arquitectura inline-four. Sin embargo, las nuevas normativas parecen sentenciar esta configuración, ya que la reducción de la cilindrada de 1000cc a 850cc, junto con las restricciones aerodinámicas, beneficiarán a las motos con diseños más compactos. El cambio es inevitable, y Yamaha deberá decidir si renuncia a su identidad para mantenerse competitiva.
Más allá de la reducción de cilindrada, el verdadero motor del cambio es la nueva normativa aerodinámica. Para 2027, MotoGP impondrá un estándar de dimensiones para los dispositivos aerodinámicos, obligando a todas las motos a ajustarse a un espacio predefinido.
Un reglamento diseñado para favorecer a los V4
En este escenario, las motos con motores V4 tienen una ventaja natural. Al ser más estrechos que los inline-four, los V4 permiten una mejor integración aerodinámica dentro de los límites establecidos, maximizando el rendimiento en recta sin comprometer la estabilidad. Este cambio en la reglamentación pone a Yamaha en una encrucijada, ya que seguir con su diseño tradicional podría significar perder competitividad frente a equipos como Ducati, Honda y Aprilia, que llevan años optimizando sus motores V4.
Desde la directiva de Yamaha ya han confirmado que están trabajando en un motor V4, pero la decisión sobre su implementación aún no está tomada. Algunos pilotos, como Jack Miller, han defendido que la configuración inline-four sigue teniendo ventajas en el paso por curva, lo que podría mantener el debate abierto.