Un regreso esperado tras años de ausencia
Marc Márquez aterriza en Argentina con la mirada puesta en su cuarta victoria en Termas de Río Hondo, un circuito donde ha brillado en el pasado, pero en el que no ha competido desde 2019. En aquella última ocasión, el piloto de Cervera dominó la carrera, dejando claro su dominio en este trazado. Sin embargo, una serie de circunstancias lo han alejado de la pista sudamericana en los últimos años: la pandemia canceló las ediciones de 2020 y 2021, en 2022 y 2023 las lesiones lo dejaron fuera de juego, y en 2024, la crisis económica del país impidió la celebración del Gran Premio.
Ahora, tras una imponente victoria en Tailandia, Márquez llega en plena forma y como uno de los grandes favoritos para subir a lo más alto del podio en Termas. Pero, más allá del desafío deportivo, el español deberá enfrentar otro reto: el ambiente hostil de una afición que todavía le guarda rencor por su histórica rivalidad con Valentino Rossi.
El legado de Rossi y la tensión en la grada
Desde el recordado incidente de 2015, cuando un toque con Rossi terminó con Márquez en el suelo y el italiano celebrando la victoria, la relación entre ambos se tornó irreconciliable. Ese episodio, seguido de la polémica de Sepang, marcó un antes y un después en MotoGP y dejó una huella imborrable en los aficionados argentinos, quienes aún ven en Márquez al gran enemigo del legado de Il Dottore.
La mayoría del público en Termas de Río Hondo sigue mostrando su preferencia por los pilotos ligados a la Academia VR46, en especial por Pecco Bagnaia, actual campeón del mundo y heredero del linaje competitivo de Rossi. En redes sociales, ya se han visto mensajes alentando a Bagnaia a vencer a Márquez, algo que el español afronta con naturalidad. Acostumbrado a correr bajo presión y en escenarios hostiles, el ocho veces campeón del mundo no es ajeno a esta situación y podría usarla como combustible para reafirmar su autoridad en la pista.
El desafío de Márquez: dejar atrás la polémica y centrarse en la victoria
Argentina no solo ha sido testigo de los triunfos de Márquez, sino también de momentos caóticos en su trayectoria. En 2018, protagonizó una de sus carreras más desordenadas, con una penalización en la parrilla de salida, una remontada agresiva y varios incidentes en pista, incluido un choque con Aleix Espargaró y, sobre todo, el recordado impacto con Rossi, que le valió una avalancha de críticas y sanciones.
Ahora, con un nuevo equipo y una mentalidad renovada, Márquez busca escribir un nuevo capítulo en su historia en Argentina. Su velocidad en Tailandia dejó claro que sigue siendo uno de los pilotos más temidos de la parrilla y que tiene potencial para volver a ganar en un circuito que históricamente ha sido favorable para él. El reto será no solo batir a sus rivales en pista, sino también imponerse ante un público que nunca se lo pondrá fácil.
