Un circuito innovador para una experiencia inolvidable
El Gran Premio de España de Fórmula 1, que se celebrará en Madrid desde 2026 hasta 2035, ya tiene nombre oficial: MADRING. Esta denominación no solo identifica la pista, sino que también representa una invitación a vivir una experiencia única en una ciudad vibrante y llena de pasión por el automovilismo.
El nombre fusiona Madrid con ring (anillo en inglés), un término común en circuitos icónicos como el Hungaroring (Hungría) o el Hockenheimring (Alemania). Según la organización, esta elección refleja un concepto moderno y alineado con el espectáculo de la F1 actual, similar a lo que ofrecen Abu Dhabi, Miami y Las Vegas.
Los promotores del circuito destacan que, aunque muchas veces los trazados se asocian con la ciudad en la que se ubican —Monza, Imola, Silverstone o Spa—, pocas veces se emplea su denominación completa. Por ello, MADRING busca ser una identidad corta, directa, fácil de recordar y sin necesidad de traducción, consolidándose como un referente dentro del calendario de la Fórmula 1.

Características del circuito y su legado en la F1
La nueva pista, que aún debe ser homologada por la Federación Internacional del Automóvil (FIA), contará con una combinación de sectores urbanos y otros más tradicionales. Con una longitud de 5.470 metros y 20 curvas, se estima que el tiempo de vuelta en clasificación rondará el minuto y 32 segundos, prometiendo un trazado dinámico y desafiante para los pilotos.
Madrid ha sido sede del Gran Premio de España en nueve ocasiones, todas ellas en el histórico circuito del Jarama. La primera carrera, en 1968, vio la victoria del británico Graham Hill, mientras que la última, en 1981, fue ganada por el legendario canadiense Gilles Villeneuve. Con MADRING, la capital española retoma su protagonismo en la máxima categoría del automovilismo y aspira a convertirse en un punto de referencia dentro del calendario mundial.
La identidad visual de MADRING ha sido diseñada para reflejar modernidad y dinamismo, con líneas curvas que evocan las formas de un circuito. Su combinación de colores —rojo, símbolo de la pasión y la Comunidad de Madrid, junto con el amarillo, en referencia a la bandera española— refuerza su conexión con la tradición y el espíritu competitivo de la Fórmula 1. Con esta nueva sede, Madrid se prepara para ofrecer un espectáculo sin precedentes en el automovilismo mundial.