El piloto alemán espera rendir al máximo en una temporada clave en su futuro, aunque parece que el equipo italiano lo tiene claro
Tras una temporada complicada, Vettel afronta esta con una ilusión y ganas propias de un debutante en la Fórmula 1. El alemán busca desquitarse de unos resultados no tan favorables como en sus mejores años, pero no por ello se da por vencido en busca de recuperar el tiempo perdido. Además, con esa intención también haría frente a las numerosas críticas que le tachan de ser ya un piloto acabado. Un piloto que tiene los pies en la tierra y sabe cuales son las verdaderas preocupaciones del mundo.
El piloto ya dejó muy claro que ahora mismo lo primero es solucionar un problema global, por lo que no veía con malos ojos el aplazamiento del inicio de la temporada. Todo por poner la salud de todos los miembros de la Fórmula 1. Un asunto que hizo a Vettel ser considerado una persona comprometida con la sociedad, al salvaguardar intereses sociales antes de los suyos propios. Otra forma más para hacer ver al resto que es más que una leyenda viva de este deporte, así como de su intento por volver a lo más alto.
Con esa intención, Vettel se presenta esta temporada a bordo del Ferrari. Un monoplaza al que reconoce no haberle sacado el mayor partido en la temporada pasada pero no por ello baja los brazos. El alemán sabe de su nivel de conducción y presenta una dura batalla no sólo con su compañero Leclerc, sino con el resto del paddock.
Precisamente Leclerc opinó sobre la temporada venidera en la que ve a un aguerrido Vettel, muy lejos de esa versión que estuvo durante el campeonato pasado. Además, el monegasco dejó entrever que no lo nota nervioso por haberse visto superado por él, ya que la diferencia fue mínima y eso no es motivo de tanta alarma.
Un Vettel que afronta también esta temporada como un verdadero reto de cara a conseguir una mejora en la oferta de renovación que le ha trasladado Ferrari. Una propuesta que está lejos de la actual y que sería de únicamente un año, algo que el alemán podría ver como una manera formal de abrirle la puerta de la escudería del Cavallino Rampante.