La apuesta de BMW para 2020 añade características no incluidas en sus predecesores que lo hacen un coche excepcional
El BMW X5 M fue uno de los pioneros del segmento de SUV súper rápido, pero coches como este siguen siendo una maravilla de la ingeniería. Cómo la marca puede conseguir que un trozo de metal de 2.3 toneladas se deslice por el aire como una lágrima, a pesar de que tiene la eficiencia aerodinámica de un bloque de pisos.
El nuevo BMW X5 M 2020 de tercera generación es capaz de una aceleración épica que te dejará impresionado. A pesar de que pesa más que un Toyota HiLux ute, gracias a un motor V8 biturbo de 4.4 litros con una cantidad enorme potencia conseguirá despertar toda la adrenalina de tu cuerpo.
Con salidas de 460kW y 750Nm emparejadas con un coche de ocho velocidades y tracción total, puede acelerar de 0–100 km/h en nada más y nada menos que 3,8 segundos, estando a la altura de un Porsche, 0.4 segundos más rápido que su predecesor.
A velocidades de autopista, el BMW X5 M puede, en teoría, recorrer 600 km antes de vaciar su depósito. Pero después de hablar con los propietarios de los modelos actuales, afirman que tienen la suerte de obtener 350 km de un tanque en la ciudad, unos consumos realmente agradables para un coche con ese motor.
Sin embargo, la distancia de frenado reclamada de 100 km/h es de solo 32m. Para ayudar a contener los kilos, el cuerpo del BMW X5 M es una mezcla de acero y aluminio. Las puertas, los guardabarros delanteros y el capó son de aluminio, mientras que el techo y los guardabarros traseros son de acero.
En el interior, BMW ha adornado el interior con asientos deportivos M Performance y amarres de fibra de carbono. Además, el conductor puede seleccionar individualmente la actitud del motor, la suspensión, la dirección y los frenos, desde Comfort hasta Sport o Sport Plus.
