El asturiano desvela uno de los momentos extraños que le tocó lidiar cuando pilotaba los coches de rojo
Todo lo que rodea a Fernando Alonso últimamente es noticia, también porque todos buscamos si el asturiano finalmente volverá a la Fórmula 1, de qué forma y, lo más importante: con quién. A priori, se conoce que a Ferrari no volverá, en concreto después de que los de Maranello hayan fichado a Carlos Sainz para 2021. Pero hay otros temas que el propio piloto ha revelado.
Uno de ellos tiene que ver precisamente con Ferrari y algunas tramas que nunca había desvelado hasta ahora. Y que, como indicará en su próximo libro, seguro que nos hace descubrir algunos entresijos más de su paso por la Scuderia. Uno de ellos, y que resultó del todo inesperado, tiene que ver con sus primeros años pilotando los coches rojos.
Nos remontamos a su segunda temporada, la de 2011, en donde ha ha hecho conocer que que a principios de año tuvo que soportar un problema un tanto extraño que le obligaba a correr con los pies entumecidos y que hasta pasadas unas carreras no pudieron solucionar porque era algo externo al coche.
Alonso explicó que corrió con menos sensibilidad en los pies y no sabía cuándo estaba acelerando. “En esas primeras 4 o 5 carreras, el último tramo, el último 20 o 30% de carrera, llegaba a pilotar con menos sensibilidad en los pies y no sabía cuánto estaba acelerando y cuando dejaba de hacerlo”, expresó.
Esto le hizo conducir tocado físicamente debido a un defecto en el diseño del Ferrari de aquella temporada, el Ferrari F150 Italia. El asturiano dijo también que a diferencia de otros deportes no puede sustituirte un tercer piloto si no estás en condiciones óptimas una vez empezada la carrera.
El problema se encontraba en la zona de los extintores
“Lo estudiamos desde el inicio. Cambiamos la posición del piloto e hicimos que tuviera los pies más altos. Debajo de los muslos llevábamos los extintores y habíamos hecho algunos cambios que sospechábamos que eran la causa del problema”, explica Alonso. “No sabías cuánto estabas apretando el acelerador, si ibas a tope o al 80%, pero tenías que aguantar y acabar la carrera”, señaló.
Posteriormente pudieron solucionar el problema, en el que el defecto se encontraba en el sistema de extinción de incendios del Ferrari de 2011 y no pudo resolverse hasta la llegada de la Fórmula 1 en Europa, después de las cuatro primeras carreras. Aquel año el monoplaza rojo no estuvo a la altura ni del Red Bull ni del McLaren y Alonso solo ganó una carrera, en Silverstone.