Un utilitario que muestra muchas fortalezas y pocas debilidades
El Skoda Fabia es uno de los rostros más conocidos del segmento de los utilitarios en toda Europa. Heredero natural del Skoda Felicia, empezamos a saber de él en el año 1999. Desde entonces han surgido cuatro generaciones diferentes y la última se presentó hace unos meses con importantes cambios.
Una de las novedades principales es que la gama se apoya únicamente en motores de gasolina. Bloques de medio rendimiento con potencias que oscilan entre los 80 y los 150 caballos. El eje delantero es el encargado de recibir la tracción, aunque la gestión se puede encargar a cambios manuales de cinco o seis velocidades.
Las características más llamativas del coche van desde su exterior e interior
En sus acabados superiores, destaca la digitalización de las funciones principales. Por un lado, la instrumentación digital con diversos formatos y estilos de visualización. Y por otro el panel principal del sistema multimedia. Una pantalla táctil de hasta 9,2 pulgadas que recibe todas las funcionalidades a excepción de la climatización.
Durante la presentación se tuvo la oportunidad de probar el 1.0 TSI de 110 caballos con cambio automático DSG. Una opción muy interesante y atractiva que se muestra muy equilibrada en su relación prestaciones-precio-consumo. Buena respuesta, tacto refinado y cómodas sensaciones. Algo que es indispensable a la hora de escoger un coche.
Los nuevos cambios del Skoda Fabia han resultado ser mejor de lo que parecían
El aumento en la batalla le hace ir más aplomado en carretera con comportamiento más equilibrado y confortable. Pensado tanto para la ciudad como para salir de ella con toda naturalidad y soltura. El refinamiento no se traduce solo en la conducción, también en las sensaciones que se perciben desde dentro.
El Skoda Fabia sigue siendo una excelente alternativa al competido segmento B. Todos los cambios le han sentado significativamente bien, más equipamiento, mejor conducción, más espacio y más refinamiento. Por contra, tendrá que mejorar en la guerra de las etiquetas y ya de paso cuidar algunos ajustes y remates interiores.