El expiloto asegura que su estricta forma de educar preparó a Max Verstappen para triunfar en la Fórmula 1
Jos Verstappen, ex piloto de Fórmula 1 y padre del tetracampeón Max Verstappen, ha aclarado una de las historias más controvertidas sobre su relación con su hijo. En una entrevista para F1 Insider, negó haber abandonado a Max en una gasolinera tras un incidente en una carrera de karting en 2012, como se ha rumoreado durante años. Según Jos, aunque no habló con su hijo durante una semana después del suceso, nunca llegó a dejarlo atrás en una estación de servicio.
El episodio ocurrió después de que Max perdiera un campeonato de karting tras estrellarse en la última carrera. “Quería hablar con mi padre sobre lo que pasó, pero él no quería escucharme. Paró en una gasolinera y me dijo: “Fuera, no quiero hablar más contigo’”, contó Max hace tiempo.
La relación entre Jos y Max: de la dureza a la preparación para el éxito
Jos Verstappen defendió su enfoque educativo, destacando cómo ayudó a su hijo a lidiar con las exigencias de la élite automovilística. “Cuando tuvo que tratar con Helmut Marko, que es conocido por ser muy exigente, Max ya estaba preparado”, aseguró Jos, refiriéndose al asesor de Red Bull que desempeñó un papel fundamental en la carrera de su hijo. Este estilo de crianza estricto fue, según ambos, esencial para que Max alcanzara el nivel de preparación mental y física necesario para triunfar en el Gran Circo.
Max Verstappen ha reconocido en varias entrevistas el papel crucial que tanto su padre como Helmut Marko han tenido en su desarrollo como piloto. “Helmut ha sido como un segundo padre para mí. Vivimos muchas cosas juntos, algunas buenas y otras malas, pero eso me hizo leal a él. Él fue quien hizo posible que yo llegase a la Fórmula 1”, explicó el actual piloto de Red Bull en una conversación con Viaplay. Estas declaraciones confirman la influencia que las figuras autoritarias han tenido en su trayectoria.
Un método cuestionado, pero efectivo
La dureza con la que Jos Verstappen trató a su hijo ha generado debates, pero tanto el padre como el propio Max coinciden en que fue clave para su éxito. La relación entre ambos refleja un equilibrio entre la presión de un mentor y la ambición de un joven piloto dispuesto a aprender y superar obstáculos. Este enfoque, aunque controvertido, permitió a Max llegar al pináculo del automovilismo, consolidándose como uno de los mejores pilotos de la Fórmula 1 actual.
El episodio de la gasolinera, aunque desmentido en parte por Jos, seguirá siendo un ejemplo de los sacrificios y tensiones que marcaron el camino de Max hacia el éxito. Su historia pone de manifiesto el papel crucial de la preparación mental en un deporte tan exigente como la Fórmula 1, donde no solo el talento, sino también la resiliencia emocional, son determinantes para triunfar.