La escudería de Maranello está trabajando en la introducción de una nueva suspensión trasera
Los equipos de la temporada 2023 de Fórmula 1 se han centrado en la aerodinámica, aunque también hay una modificación muy importante en las suspensiones traseras. En Ferrari, equipo del piloto español, Carlos Sainz intentaron amortiguar el golpe en el Gran Premio de Arabia Saudí, aunque cosecharon unos malos resultados.
Está claro que entre todas las predicciones posibles, una victoria no estaba ahí en Yeda, y se abre un mar de preguntas en el equipo de la escudería de Ferrari de Carlos Sainz, sobre si es mejor dejar pasar esta campaña y pensar en 2024 o intentar recuperarse con el SF-23.
El equipo italiano prepara su monoplaza de la temporada 2023, el SF-23
En la pista, los italianos no pueden permitirse rodar con una altura libre respecto al suelo respecto al coche que se diseñó en la fábrica, y una puesta a punto dos milímetros más alta es suficiente para fastidiar todas las simulaciones hechas en el túnel de viento y el simulador.
El monoplaza rojo pierde carga aerodinámica y, por tanto, carece de agarre, lo que lleva a los neumáticos a patinar y a sufrir más degradación, que se extrapola al rendimiento, incluso si el asfalto es poco abrasivo. Hay quienes sugieren que una nefasta influencia de la normativa TD39 hizo que Ferrari perdiera velocidad.
Los posibles cambios en Ferrari tienen a Carlos Sainz con muchas incógnitas
La falta de carga aerodinámica llevó a los ingenieros italianos optar por un alerón trasero más cargado en Arabia Saudí, con la paradoja de que en Bahrein llevaron uno más descargado de lo necesario, y en Yeda tenían más resistencia para compensar la carga, todo lo contrario a lo normal en una pista de esas características.
Así, el Ferrari dejó de ser el más rápido en la recta y ganó un poco de rendimiento en curva, algo en lo que brillaba el F1-75, pero pagaron el precio en las peraltadas de alta velocidad, donde es el efecto suelo el que juega un papel clave en el rendimiento de los monoplazas.