El V8 turbo de 4,4 litros del BMW M550i, un motor estrechamente relacionado con el que encontrarás en un M5 Competition de todos modos, no quiere absolutamente nada que puedas perderte durante la conducción por carretera en el Reino Unido. Tiene enormes reservas de potencia y par, una nota de escape V8 silenciosamente atractiva y cultivada para complementar; y es un coche monstruosamente rápido.
El aislamiento de conducción y el refinamiento rodante son muy buenos, aunque tal vez ligeramente contundentes por los neumáticos de runflat de ajuste estándar del BMW. La sensación de dirección se neutraliza un poco mientras guías el coche fuera del centro, por la misma razón relacionada con los neumáticos, sospecho; las paredes laterales inflexibles de los neumáticos de runflat simplemente no se cargan y flexionan de la manera en que lo haría un neumático convencional.
El chasis de la serie 5 está muy bien equilibrado, sin embargo, y su control de la carrocería se puede ajustar de pillowy y absorbtivo a estrechamente atado con los modos de conducción ajustables. Así que cuando quieres que se sienta como un mini-M5, el M550i xDrive puede (aunque más como un viejo V8 impulsado ‘E39’, previsiblemente, que cualquier otro desde entonces). Pero no tiene por qué sentirse así en un regreso de medianoche del aeropuerto, o en el paseo familiar del fin de semana para visitar a la abuela, si no lo desea. Este es, en resumen, un BMW rápido moderno como solían ser; uno que, como coche de carretera, simplemente ofrece más.
El E53 de Mercedes-AMG tiene una mejor visibilidad integral y una posición de conducción menos hundida que el BMW. Para el ambiente interior, es el coche más llamativo y cargado de tecnología, también, gracias a sus dominantes pantallas de instrumentos digitales en paralelo, y todos los acabados cromados y cuero alrededor de la cabina. La posición de conducción del BMW es mejor, pero la de los Mercedes es casi tan cómoda y fácil de acceder.
