Tendrá elementos específicos para mejorar el comportamiento con respecto al i4 eDrive 40
Una de las pruebas más importantes se le ha hecho al BMW i4 M50 y allí se ha mezclado algo de expectativa con un poco de confusión. Y esto porque hasta ahora al hablar de BMW, normalmente la letra ‘i’ aparecía detrás de tres números. Y, cuanto más altos, mejor.
Aquí esa ‘i’ aparece delante. Delante de un 4, para ser más exactos. Y es que el i4 es la alternativa eléctrica al BMW Serie 4 Gran Coupé, con el que comparte muchos rasgos estilísticos tanto fuera como dentro. Este coche es el primer integrante de la familia M en estar alimentado por baterías.
El BMW i4 tiene una suspensión calibrada de manera más energética
Al interior del auto recoge los asientos cumplen a la perfección con lo que se espera de un modelo M y el volante ¡redondo! actúa sobre una dirección perfecta. Y esta es una de las características que más han gustado entre los verdaderos seguidores de la marca más vendida de todos los tiempos.
Los dos motores de 190 kW delante y 230 kW detrás generan en condiciones normales 476 CV y 730 Nm, pero una función overboost desbloquea esos 544 CV que te decía antes que tenían truco. Pero el empuje está ahí. De igual manera, la precisión de la conducción es muy importante.
Un coche de 2.2 toneladas que produce sensación de agilidad y sin ninguna pesadez
La respuesta del acelerador es inmediata, lo que te ayuda a adelantar cualquier cosa que te encuentres en la carretera. Los ingenieros que han desarrollado el i4 M50 lo han dotado de algunos elementos específicos para mejorar el comportamiento con respecto al i4 eDrive 40 y sin duda es lo mejor.
Tiene más vía delantera y trasera, una suspensión calibrada de manera más enérgica y estabilizadoras propias. Además es un coche de 2,2 toneladas lo que genera más sensación de tranquilidad al volante. No se duda que es la variante deportiva de la primera berlina eléctrica del gran fabricante alemán.
