Decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo
La nadadora transgénero Lia Thomas, conocida por ser la primera atleta transgénero en ganar un título universitario de la NCAA, ha recibido un golpe legal significativo que le impedirá competir en los Juegos Olímpicos. Thomas, de 25 años, perdió una demanda crucial en la que solicitaba al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) que anulara la prohibición de que los hombres biológicos compitan contra mujeres, con la esperanza de poder competir en los Juegos.
Thomas saltó a la fama en 2022 al convertirse en la primera atleta transgénero en ganar un título universitario de la NCAA. Desde entonces, ha sido prohibida de competir contra mujeres biológicas en eventos internacionales tras un cambio en las regulaciones de World Aquatics. Este organismo cambió sus políticas estableciendo que las mujeres transgénero solo pueden competir en carreras femeninas si han completado su transición antes de los 12 años. Thomas argumentó que esas reglas debían ser declaradas “inválidas e ilegales”, ya que violaban la carta olímpica y la convención de World Aquatics.
Cambio de políticas de World Aquatics
World Aquatics, el organismo rector de la natación mundial, justificó su cambio de políticas con el objetivo de preservar la equidad en la competencia. Las nuevas regulaciones indican que las mujeres transgénero solo pueden competir en categorías femeninas si han completado su transición antes de los 12 años. Esta política ha sido ampliamente debatida y criticada por diversos sectores.
Thomas argumentó que estas reglas son discriminatorias y que deberían ser declaradas nulas. Sostuvo que las regulaciones violan los principios de la carta olímpica y los acuerdos de World Aquatics, y que impiden injustamente a las mujeres transgénero competir al más alto nivel deportivo. Sin embargo, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) rechazó sus argumentos, concluyendo que Thomas no tenía “derecho a participar en la elegibilidad para competir en las competiciones de World Aquatics”.
Impacto de la decisión
La decisión del TAD ha generado una mezcla de reacciones en la comunidad deportiva y más allá. Los defensores de los derechos transgénero ven esta decisión como un retroceso en la lucha por la inclusión y la igualdad en el deporte. Argumentan que las políticas actuales de World Aquatics imponen barreras insuperables para las atletas transgénero y perpetúan la discriminación.
Por otro lado, algunos sectores defienden las regulaciones de World Aquatics, argumentando que son necesarias para garantizar una competencia justa. Estos defensores sostienen que las diferencias biológicas entre hombres y mujeres pueden proporcionar ventajas injustas en deportes competitivos y que las reglas ayudan a mantener la integridad del deporte femenino.