El regreso de Vingegaard a la batalla
La gran interrogante del Tour de Francia ha sido despejada, al menos parcialmente. ¿Cómo ha llegado realmente Jonas Vingegaard para defender su título? El danés, que no había competido desde abril debido a una caída que le dejó con un neumotórax, enfrentaba una recuperación difícil. A pesar de esto, se presentó en el Tour con la esperanza de estar en condiciones para disputarlo. Tadej Pogacar, su principal rival, tenía la intención de poner a prueba esa condición desde el principio. La verdadera prueba llegó en la cuarta etapa, con la ascensión al imponente Galibier.
El desafío del Galibier
El ritmo endiablado impuesto por el UAE Team durante la subida al Galibier dejó a muchos corredores fuera de la contienda. Wout van Aert fue el primer gran nombre en descolgarse. Luego, el maillot amarillo, Richard Carapaz, se quedó atrás, eliminándose de la lucha por la general. Otros como Enric Mas, Egan Bernal y Geraint Thomas también sucumbieron al ritmo feroz. Mientras tanto, Primoz Roglic luchaba por mantenerse en contacto. La leyenda de los Alpes no perdonaba.
Pogacar y el contraataque de Vingegaard
Pogacar lanzó su ataque en el kilómetro final de la subida con una fuerza que usualmente deja a todos sus rivales congelados. Sin embargo, Vingegaard fue el único capaz de seguirle, aunque a cierta distancia. Coronó el puerto a ocho segundos del esloveno, pero en la meta, esa diferencia se amplió a 35 segundos. Un golpe significativo, pero no definitivo. Remco Evenepoel, que había coronado a 14 segundos, también sufrió en el descenso hacia Valloire.
Carlos Rodríguez, Primoz Roglic y Juan Ayuso fueron los únicos capaces de mantenerse cerca en la persecución. Ayuso, tras sacrificarse en la subida, cruzó la meta en tercer lugar, ganando un bonus de cuatro segundos.
La situación general
Pogacar dio un incisivo golpe a sus oponentes, recuperando el maillot amarillo. Con las bonificaciones, lidera la clasificación con 45 segundos sobre Evenepoel. Vingegaard, tercero a 50 segundos, necesita mejorar en las próximas etapas. La lucha está lejos de terminar. La contrarreloj del viernes será otra prueba crucial para todos.
A pesar del sólido desempeño de Pogacar, Vingegaard no está fuera de la contienda. Las diferencias de tiempo aún pueden ser manejables y cada mordisco que Pogacar pueda dar en esta primera semana será una inversión para el futuro. La batalla en el Tour de Francia acaba de comenzar y todavía quedan muchas interrogantes por despejar.