La falta de dos jugadores importantes en Golden State Warriors permite que Stephen Curry brille con luz propia
Stephen Curry está viviendo uno de los momentos más dulces de su carrera en Golden State Warriors. Con 35 años, demuestra que la edad es solo un número y su rendimiento en la cancha sigue siendo espectacular. En los últimos partidos, ha sido el líder indiscutible del equipo, llevándolos a la victoria una y otra vez.
La temporada pasada, los Warriors sufrieron una dura derrota en las semifinales de la Conferencia Oeste contra los Lakers. Este revés ha sido un punto de inflexión para el equipo y para Curry. Desde entonces, están más decididos que nunca a volver a lo más alto y demostrar que pueden seguir siendo una dinastía en la NBA.
Curry, favorecido por las ausencias de Thompson y de Kuminga
El rendimiento excepcional de Curry esta temporada también se debe a la ausencia de dos jugadores clave en el equipo: Klay Thompson y Jonathan Kuminga. Thompson, conocido por acaparar mucho el balón y por su habilidad para jugarse tiros decisivos, ha dejado más espacio para que Curry brille.
Kuminga, por otro lado, es una joven promesa que todavía no ha encontrado su lugar en el sistema de juego de Curry. Su adaptación está siendo más lenta de lo esperado, lo que ha resultado en más oportunidades para Curry de liderar el equipo y ser el jugador decisivo en la cancha.
La lucha de Curry para superar a Magic Johnson
Stephen Curry es plenamente consciente de que se está acercando al final de su carrera en la élite del baloncesto. Pero lejos de rendirse o bajar el ritmo, está más decidido que nunca a seguir luchando y conseguir otro anillo de campeones. Curry se ha declarado a sí mismo como el mejor base de todos los tiempos, pero sabe que necesita más anillos para poder respaldar esa afirmación con hechos.
La respuesta de Magic Johnson no se hizo esperar, defendiendo su legado y su lugar en la historia del baloncesto. Pero Curry no se amilana y sigue luchando en cada partido, demostrando que está dispuesto a darlo todo por ser el mejor. Su dedicación y rendimiento en la cancha son una clara muestra de su deseo de superarse a sí mismo y de dejar una huella imborrable en el mundo del baloncesto.
