Los guionistas de la serie tenían uno de los secretos mejores guardados
El estreno de la segunda temporada de ‘Vikingos‘ fueron una sensación para cada uno de sus aficionados, puesto que todo se ha basado en los libros de Bernard Cornwell, Crónicas Sajonas dirigidos por History Channel. Cada episodio ha sido hecho con la suficiente venganza, rivalidad, lealtad y amor donde Uhtred seguirá en la lucha por permanecer en Northumbria.
Los ocho episodios de esta segunda entrega han sido ambientados en el siglo IX, donde Uhtred en medio de su recuperación de la batalla y con el dolor de soportar la cantidad de gente que murió allí, se marcha para hacía el norte para vengar la muerte de Earl Ragnar y recuperar las tierras de Bebbanburg.
Después de que cuatro espías tienen que infiltrarse en el ejército de Cumberland, Uhtred tiene que confiar en que ellos lo van a proteger de un posible nuevo atentado en su contra. Por otro lado, la sed de venganza que ha tenido Kjartan ha sido peor y ha crecido con el tiempo. Pero mientras que los acercamientos entre Uhtred y Gisela son más fuertes, él tiene que librarse de una nueva traición.
Pues bien, varios fans de la serie han empezado a notar sobretodo en la segunda temporada, que cada capitulo de ella va generando un argumento sutil por debajo y cuando se está a punto de revelar cierta información valiosa o importante es como si el propio Loki hubiera jugado con la mente de los espectadores.
Desde su primera temporada, Vikingos ha ido armando historias paralelas tras la principal y en un segundo plano que en más de una ocasión y para varios seguidores de la serie resultó desapercibido, pero esas mismas historias secundarias han terminado siendo las más importantes, creando un ambiente lleno de ingredientes que la hicieron única.
También, algunos usuarios sugieren que para notar lo anteriormente nombrado, hay que ver si o si, la serie dos veces, para finalmente entender que cada cosa está tan bien hecha, que hasta da la impresión de que los guionistas lo hicieron a placer, casi que riendo de los espectadores para lograr darles más emociones, sin dudas, algo alucinante.