Los consumidores de la multinacional francesa están cansado de doblar horas de trabajo cuando van a comprar a sus establecimientos
A pesar de que muchos piensan que la caja de autocobro es un método fácil para salir rápido del supermercado en el que nos encontramos, otros no comparten esta idea. Eso lo hemos podido comprobar con el tweet que ha publicado un cliente de Leroy Merlin quien se queja a la empresa de ponerles a trabajar en caja para el beneficio de la misma.
Este cliente de Leroy Merlin ha propuesto a la cadena, que rebajen el precio de los productos si quieren que sean los consumidores los encargados de pasar por caja. Así, sigue con el discurso de que él va a comprar, no a trabajar, por ello debería de contar con el servicio necesario en tienda si no quiere llevar a cabo dicho autoservicio.
La falta de cajeros en los supermercados el principal problema para el consumidor
Las cajas de autocobro se han convertido en el principal enemigo del consumidor, puesto que después de trabajar y hacer la compra, encima tienes que llevar a cabo el trabajo que antes realizaba un cajero. A pesar de todas las quejas, no tiene pinta de que vayan a desaparecer de los supermercados en ningún momento cercano.
La escasez de cajeros en los supermercados se vuelve cada vez más común. Siendo esta otra de las quejas más sonadas por este nuevo servicio, ya que denuncian que es una forma de quitar puestos de trabajo. Lo cual a su vez supone que la cadena ahorra un dinero que puede aumentar para sus beneficios millonarios anuales.
El problema que presentan las cajas de autocobro para el supermercado
No siendo el único problema que presentan las cajas de autocobro, puesto que también hay contras para la propia empresa. Tal y como se ha demostrado por diferentes usuarios, en este tipo de cajas es más fácil robar. El motivo principal de ello es que no hay la supervisión suficiente, lo cual deja totalmente impugne a la persona que roba.
Esto supone una gran pérdida de dinero para la empresa, aunque no lo suficiente como para que quieran prescindir de las mismas. Así, siendo conscientes del problema, las cadenas de supermercados prefieren perder algunos euros antes que tener que pagar el sueldo de una cajera. Cabe recordar que son empresas de grandes beneficios, donde no se verían muy afectadas por este problema.