La marca alemana asegura que este tipo de avance puede ser tan limpio como un coche eléctrico
Hace unos meses se había conocido que en Chile se encontraba una planta de Porsche. Era una fábrica que se iba a destinar a la producción de combustible sintético a partir de residuos vegetales con emisiones neutras de carbono y aprovechando la energía eólica de la zona. Un gran avance.
Y ahora teniendo en cuenta que muchos hablan del combustible sintético, una tecnología que la Unión Europea afirmó que se podría permitir en coches de combustión interna, aunque el vicepresidente primero de la comisión, Frans Timmermans, prácticamente lo tildó de una utopía muy difícil y cara de llevar a cabo.
La apuesta de Stuttgart por el combustible sintético lleva años gestándose y el primer paso ha comenzado
La planta de Haru Oni está preparada, para producir suficiente eFuel para abastecer al mundo de la competición, que ha sido de forma clásica el laboratorio de pruebas de estas nuevas tecnologías. Michael Steiner, miembro de la junta ejecutiva de desarrollo e investigación de la marca de coches deportivos se pronunció sobre el tema.
Por eso, Michael Steiner, cree que en 10 o 20 años, puede haber en el mundo más de mil millones de vehículos de combustión interna circulando aún y que habrá que alimentarlos de alguna forma. La producción anual de eFuels de la planta de Chile comenzará en unos 130.000 litros.
Sin embargo, Stuttgart sigue comprometida con una gama compuesta de coches eléctricos para 2030
Sin embargo, podrá incrementarse hasta los 55 millones de litros a mediados de la década y hasta 550 millones de litros en 2027. Cifras que, sin embargo, no son suficientes para cubrir la demanda de países como Estados Unidos o la Unión Europea. Avances que de algún modo todos quieren tener.
La Porsche Mobil1 Cup será la entidad que más se beneficie de esos primeros litros de gasolina renovable para sus Porsche 911 GT3. Si bien, en la marca aclararon que es un combustible de respaldo perfecto para algunos mercados muy específicos y segmentos como el de los coches clásicos, no una forma de escapar a la electrificación.
