La nueva coyuntura bancaria llevará a un problema general en la mayoría de usuarios de la entidad catalana
El 2020 será recordado como una gran tragedia sanitaria. Sí. Pero las consecuencias económicas no se quedan atrás y la política de los bancos está siendo claramente austera. Un ejemplo es CaixaBank, que se encuentra en medio de una fusión de grandes dimensiones con Bankia, como así recomienda el BCE.
Pero al margen de la fusión, de la que quedan pendientes los típicos flecos para que se pueda hacer oficial, la entidad catalana debe hacer frente a este complicado año. Y para ello pondrá en marcha unas medidas que no van a gustar a sus clientes.
A partir de octubre comisiones
En realidad es algo que se veía venir y que estaba previsto para el mes de febrero. Sin embrago, en aquel momento el miedo al confinamiento frenó toda decisión agresiva por parte de CaixaBank. Pero ahora ya no han podido evitar tomar la decisión.
A partir de octubre, CaixaBank cobrará comisiones casi por todo y prácticamente a todos sus clientes. Serán hasta 240 euros al año, es decir, unos 60 euros al trimestre, a aquellos clientes menos vinculados. Para evitar las comisiones hará falta una odisea.
Pocos se libran
Porque no valdrá con domiciliar la nómina. Para que tengan domiciliada una nómina superior a 600 euros al mes o una pensión superior a 300 euros al mes, tendrán una comisión más baja, de 15 euros al trimestre o lo que es lo mismo 60 euros al año.
Solo se librarán de las malditas comisiones los que además de tener la nómina, domicilien tres recibos más cada mes o al menos realicen tres compras con tarjeta de Caixabank. Es decir, unas condiciones que pueden ser consideras abusivas.
