Los que las han probado no salen de su asombro con su precio y quieren más y más
Muy pocas cosas simbolizan mejor la unión de grandes y pequeños como las galletas. Una galleta sirve de desayuno, de media mañana, de media tarde, de cena, para calmar a un bebé, para premiar a un perro… No hay edad a la que no se coman galletas. Por eso, supermercados como Lidl, buscan establecer la diferencia con este producto.
Porque hay muchas, muchísimas galletas de marcas muy conocidas que siempre van a tener éxito. Oreo, Campurrianas, Tosta Rica, Príncipe… Marcas que jamás van a desaparecer y que siempre van a estar ahí para que se compren.
Las marcas blancas se ponen de moda
Pero unas marcas que por estatus y demanda se han vuelto bastante caras. Por eso, cada vez es más habitual ver cómo las marcas blancas de los supermercados trabajan para encontrar un producto perfecto, que se parezca muchísimo a los originales pero a mejor precio.
Un ejemplo muy claro son las galletas de mantequilla del Lidl. Emulan a las clásicas galletas danesas de la caja redonda azul que seguramente todos hemos visto alguna vez en casa. Sí, en las que nuestras abuelas guardaban siempre los objetos de costura.
Furor con las galletas de matequilla
Pues en Lidl no solo están buenísimas, sino que además el precio es absolutamente rompedor. De ahí que los clientes no paren de comprar estas galletas. Si se va a última hora es muy frecuente que se hayan agotado las existencias.
Los que las han probado seguro que están completamente de acuerdo con este artículo. Pero aquellos afortunados que todavía no has las probado, tienen la oportunidad perfecta para ir al Lidl más cercano a buscar este delicioso manjar.
