La nueva normalidad dificulta muchísimo más las ventas a los grandes almacenes
El 2020 ha hecho muchísimo daño a aquellas empresas tradicionales que contaban con el boca a boca y con la aglomeración de clientes como grandes señas de identidad. El Corte Inglés es un claro ejemplo. Tienen de todo y cuentan con la fama. Cuando alguien no sabe qué regalar acude por defecto al Corte Inglés más cercano. Pero ahora todo ha cambiado.
Porque con la pandemia es evidente que mucha gente ha dejado de salir de compras. El miedo al contagio hace que se evite muchas veces este tipo de lugares donde tradicionalmente se reunían más personas. Y la tecnología ha hecho el resto.
El Corte Inglés tiene que espabilar
La compra online se ha convertido en el gran mecanismo de consumo frente al Covid-19, lo que ha fortalecido aun más si cabe a empresas como Amazon. En este sentido, El Corte Inglés se debe poner las pilas cuanto antes para poder garantizar la calidad del servicio online.
Porque desde altas esferas siempre se ha lanzado un mensaje de ayudar al comercio nacional y dejar de lado a los gigantes como Amazon. Pero una cosa es implorar algo así y otra muy diferente no hacer el esfuerzo de ponerse a su altura.
Amazon sigue siendo el rival a batir
Porque a pesar de los constantes intentos de El Corte Inglés por garantizar el servicio, lanzando promesas como que tardan lo mismo que Amazon, la realidad es bien diferente. Y para muestra de ello qué mejor que un ejemplo real.
Y es que un cliente se ha declarado hasta el gorro de El Corte Inglés, ya que adquirió un producto el pasado día 25 de septiembre. Le aseguraron que llegaba en el día, pero estamos ya a 30 de septiembre y no hay ni rastro del envío.
