Los usuarios de la entidad cántabra no comprenden el mecanismo tan fallón a la hora de hacer gestiones
Con la llegada de la tecnología, es evidente que se ha ganado muchísimo en todos los sentidos. Sin embargo, hay detalles que han ido a peor, sobre todo ante la poca paciencia de los responsables de atención al cliente. Un caso muy frecuente son los bancos, que tienen unos sistemas de habla con los clientes que dejan mucho que desear. En el Banco Santander, directamente hay un bucle demoledor.
Los bancos han ido añadiendo toda la tecnología que se ha ido consiguiendo en estos últimos años. Por eso acudir a una sucursal ahora hace casi necesario haber estudiado alguna carrera universitaria por la de botones y cosas tecnológicas.
Las personas han ido desapareciendo
El hecho de poder hacer casi todo a través de Internet ha hecho que las personas en las oficinas bancarias hayan ido desapareciendo. Pero esto complica las cosas cuando alguien tiene un problema real que solamente es posible solucionarlo a través de un gestor.
Porque entonces puede producirse el hecho de que tanta tecnología al final resulte claramente en contra del cliente. Y esto sucede cada vez en más bancos. Ni siquiera un gigante como el Banco Santander se libra de este deterioro con los clientes.
Bucle infinito
Porque clientes del Banco Santander han denunciado el bucle infinito en el que se entra cuando se quiere dar parte de un problema. Porque a través del teléfono hay un contestador automático que no sabe enfocar bien el problema y agota la paciencia.
Entonces se pone una operadora y aconseja ir a la oficina más cercana. Pero para sorpresa de este cliente, cuando quiso ir a la oficina, además de hacerle esperar mucho tiempo, terminaron diciendo que esa gestión la debía hacer por teléfono. Es decir, la atención al cliente de Banco Santander es un bucle infinito.