En una rueda de prensa para evaluar la situación epidemiológica del país, afirmó que “hay señales claras de que la tercera ola será peor todavía que las dos primeras” y que está muy próxima
Se refirió al rápido aumento de la incidencia semanal por cada 100 mil habitantes, de 70 hace dos semanas a 119,1 hoy, a la “vertiginosa” subida de nuevos contagios – 21 mil 573 en las últimas 24 horas, lo que supone algo más de cuatro mil más que el pasado viernes- y al previsible crecimiento también de la cifra de muertos.
Wieler señaló además que Alemania está al inicio de una tercera ola que ya es inevitable, pero que “hay que tratar de mitigar” y subrayó que “la dura medida de reducir contactos es la única opción” de romperla. En tanto, el ministro de Sanidad, Jens Spahn, advirtió que hay que contar con una cifra elevada de nuevos contagios como en invierno y de nuevo con un mayor número de muertos.
La vacunación va muy lenta
El ministro subrayó que “el efecto de la vacunación se ve reducido por el actual aumento de nuevos contagios” y señaló que todos los ejemplos internacionales muestran que “a mayor incidencia, menos contribución de las vacunas a una disminución de las cifras”.
Por ello, llamó con urgencia a los “Länder” a administrar cuanto antes las vacunas contra COVID-19 a disposición. Wieler, por su parte, señaló que “tardará aún hasta que se vea en la población el efecto de la vacunación”. Hasta el jueves habían recibido en Alemania las dos dosis de la vacuna tres millones 603 mil 639 personas, un 4.3% de la población, y ocho millones 150 mil 256 (el 9.8%), al menos una.
En las últimas 24 horas, 200 mil 855 ciudadanos recibieron la primera dosis de la vacuna y otros 85 mil 92, la segunda. Por otra parte, Spahn instó a los estados federados a “aplicar de manera consecuente” el “freno de urgencia” acordado conjuntamente y de manera unánime entre el Gobierno federal y los “Länder” cuando la incidencia acumulada supera los 100 nuevos casos por 100 mil habitantes.
En este sentido, afirmó que la necesidad de aplicar el “freno de urgencia” “no es compatible” con los planes de algunas regiones de ensayar modelos de reapertura de la vida pública. Así, y a pesar de haber superado la incidencia de 100 -117.8 según datos actualizados-, la ciudad-estado de Berlín, por ejemplo, anunció ayer que mantendrá la desescalada iniciada a mediados de este mes.
Medidas para evitar movilidad
Por otra parte, Wieler volvió a llamar a la población a renunciar a cualquier desplazamiento, ya sea interno o al extranjero, y a aprovechar esta Semana Santa para minimizar los encuentros, porque “la movilidad y los contactos son los impulsores de esta pandemia”.
En tanto, Spahn anunció que la obligatoriedad de presentar una prueba negativa de COVID-19 para ingresar a Alemania por vía aérea se hará efectiva en la madrugada del martes y no el domingo, como estaba inicialmente previsto. De esta manera, se quiere conceder “algo más de tiempo a los viajeros y aerolíneas”, y en particular a estas últimas para organizar las pruebas en países donde la infraestructra para tal efecto todavía no está tan desarrollada.
Recordó que se trata de “una medida preventiva para evitar la propagación del virus por viajes turísticos” que sirve también para proteger al propio pasajero dentro del avión. Hasta ahora la exigencia de presentar una prueba negativa de COVID-19 antes de emprender un vuelo hacia Alemania sólo afectaba a viajeros procedentes de zonas de alta incidencia o con presencia de mutaciones del coronavirus.
La implantación de esta prueba obligatoria independientemente del país desde el que se ingrese es una respuesta a la polémica causada por el aumento de la demanda y de la oferta de viajes, en particular a Baleares, después de que ésta y otras cinco comunidades autónomas españolas dejaran de figurar en la lista de zonas de riesgo.
El portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, subrayó en una rueda de prensa ordinaria el interés del gobierno en “minimizar todo tipo de ingresos por viajes” y que por eso analiza la viabilidad legal de prohibir de forma temporal las llegadas en Semana Santa. Agregó que la cuestión es “relevante” y que se está estudiando “minuciosamente” porque suscita dudas legales.
La canciller alemana, Angela Merkel, ya reconoció los “notables problemas legales” que entraña esta medida y subrayó que el país debe comportarse siempre siguiendo la ley.