La cuenta regresiva ha terminado. Canelo Álvarez vuelve a encender los focos del boxeo mundial en una cita que promete espectáculo, pero pocas sorpresas
La temporada alta del boxeo ya está aquí, y Riyadh inaugura el mes de mayo con un duelo que, aunque previsible, no deja de ser noticia. Canelo Álvarez, el nombre que mueve masas y rompe taquillas, vuelve a escena frente a un William Scull que carga con la misión de resistir en un escenario claramente inclinado. Con tres noches explosivas por delante en Las Vegas, Nueva York y Arabia Saudita, la maratón de guantes ya empieza a calentar motores.
Desde esta primera parada, todo apunta a un guion conocido, dominio absoluto del mexicano, espectáculo para las cámaras y poco margen para la sorpresa. Es cierto que cada combate de Canelo Álvarez tiene eco mundial, pero también es cierto que la falta de verdaderos riesgos en su agenda sigue alimentando un debate que no se apaga. Y esta pelea, aunque visualmente atractiva, no parece que vaya a cambiar esa narrativa.

Canelo Álvarez ante un desafío más mediático que deportivo
A estas alturas, esperar una noche de guerra sin cuartel sería pecar de ingenuos. El combate en Riyadh será, en esencia, otra exhibición controlada donde William Scull, por más corazón que ponga, se verá limitado por las circunstancias. El campeón mundial sabe que cada victoria suma, pero también sabe que su legado se construye o se cuestiona en función del calibre real de sus oponentes.
No se espera una velada de altos voltajes ni de tensiones hasta el último asalto. Más bien veremos a un Canelo dominante, marcando tiempos y espacios, mientras su rival pelea por ganar respeto más que por ganar la pelea. Sin duda, un espectáculo boxístico garantizado para las cámaras, pero lejos de esos duelos épicos que alimentan la grandeza de los grandes nombres en el deporte.
El legado de Canelo: entre la admiración y la eterna duda
Cada pelea de Canelo Álvarez es una oportunidad para engrandecer su nombre, pero también un recordatorio de las expectativas que todavía tiene que cumplir. Las preguntas vuelven a escena: ¿Cuándo lo veremos aceptar retos auténticos? ¿Cuándo desaparecerán los “asteriscos confidenciales” de sus combates?
Mientras tanto, la industria del boxeo sigue girando en torno a su figura, entre vítores de admiradores y críticas de escépticos. Este sábado en Riyadh, sumará otra victoria a su historial, sí. Pero también sumará otra página a esa historia paralela que habla no solo de campeonatos, sino de las batallas que aún le debe a su propia leyenda.