Un liderazgo necesario, consensuado y honrado
En el contexto actual de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), las voces que proponen un cambio de liderazgo son cada vez más fuertes. Vicente del Bosque, exseleccionador y una figura respetada en el fútbol internacional, emerge como el candidato ideal para asumir la presidencia. Su legado de trabajo, sacrificio y constancia lo posiciona como una figura de consenso, capaz de unir al mundo del fútbol y devolver la transparencia a una institución marcada por la polémica reciente.
Una figura que trasciende comisiones y política
Desde su nombramiento como cabeza visible de la comisión supervisora de la RFEF, creada por el Consejo Superior de Deportes (CSD), Del Bosque ha sido relegado a un segundo plano por injerencias políticas que afectaron su visibilidad y capacidad de acción. A pesar de este obstáculo, su influencia sigue siendo innegable. El exentrenador recibió un caluroso homenaje en el municipio zaragozano de Villafeliche, donde le entregaron el premio Trevillano y la medalla de oro, reconociendo los valores que lo han caracterizado a lo largo de su carrera.
Es evidente que la intención de las autoridades al colocar a Del Bosque en ese puesto era aprovechar su prestigio. Sin embargo, las amenazas de sanción por parte de la FIFA y la UEFA, ante una posible injerencia política, frustraron cualquier avance significativo. Como resultado, el actual presidente interino, Pedro Rocha, sigue al mando, y el papel de Del Bosque en la comisión se ha visto reducido. Pero el fútbol español necesita algo más que una figura simbólica: necesita a un presidente de pleno derecho, y Vicente del Bosque es la persona indicada para ocupar ese lugar.
Un proceso electoral en la RFEF que perpetúa lo mismo
En medio de este escenario, la única candidata a la presidencia de la RFEF, María Ángeles García ‘Yaye’, actual vicepresidenta y presidenta de la Comisión Gestora, parece destinada a ocupar el cargo sin competencia. La falta de otras candidaturas notables, como la retirada de Rafael del Amo, presidente de la Federación Navarra, allana el camino para que Yaye tome el relevo el 27 de octubre. A pesar de los cambios de rostro, el proceso refleja una clara continuidad con la gestión anterior, lo que despierta dudas sobre una verdadera transformación en la Federación.
Solo una figura fuerte e independiente como Vicente del Bosque, desligada de las comisiones fantasma o influencias externas, puede devolver la confianza en la RFEF. El salmantino tiene el respeto del fútbol nacional e internacional, y su liderazgo desde dentro podría marcar el comienzo de una nueva era para el deporte español.