Mestalla es un campo maldito para el Málaga. El equipo blanquiazul no gana en terreno valencianista desde 1955. Casi medio siglo. Un tiempo que se antoja ahora mismo excesivo vista la necesidad que tienen los de Pellegrini de sumar de tres en tres para seguir aspirando a la cuarta plaza. El Málaga acude a Valencia con ganas de revancha y con varios futbolistas con cuentas pendientes. Son Isco, Joaquín y Baptista.
Hostil es el calificativo para el ambiente que le espera a Isco en el estadio ché. El futbolista de Benalmádena tuvo una salida un tanto traumática. Tras cinco temporadas formándose en la cantera del Valencia, Isco fue fichado por un Málaga que no dudó en poner los seis millones de su cláusula de rescisión. Hay aficionados que le acusan de pesetero, aunque en más de una ocasión Isco ha manifestado que se marchó porque Unai Emery, ahora en el Sevilla, nunca contó con él. Del malagueño dijo que tenía tendencia a engordar. Isco ha demostrado con fútbol que se equivocaba. Esta misma semana unas declaraciones del malaguista no han sentado del todo bien a la hinchada valencianista. Aunque matizó sus palabras, todo indica que Mestalla no le recibirá con los brazos abiertos.
No parece el mismo caso que Joaquín. El de El Puerto tuvo una salida amistosa. En Valencia consideran que el extremo nunca pudo acabar de explotar en el Valencia, por lo que su fichaje por el Málaga sentó como un necesario cambio de aires. Desde luego, ha sido en el Málaga donde Joaquín ha recordado al de sus inicios en el Betis. El atacante va motivado al que fue su campo durante cinco temporadas. “Es una final”, comentó. La temporada pasada firmó un recital y fue el mejor del Málaga en Mestalla, pero finalmente el conjunto de Pellegrini se vino de vacío.
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