Una vez más el colegiado extremeño es protagonista de polémicas y una de ellas afectó directamente al conjunto Ché, donde la historia del partido contra Las Palmas pudo haber sido diferente
El Valencia CF firmó su sexta derrota y volvió a ubicarse último en la tabla de posiciones, pero Rubén Baraja le otorga este resultado a Gil Marín. El árbitro del encuentro entre el club Ché y la UD Las Palmas, fue bastante cuestionado por la manera en cómo manejó todo el partido. Incluso la afición en Mestalla estaba tan iracunda que lanzaron varios objetos contundentes al terreno de juego.
Lo más insólito es que Gil Marín mostró 13 tarjetas amarillas y 1 roja, aunque la mayoría para el club visitante. Sin embargo, hubo una jugada en la que se ameritaba la cartulina de expulsión hacia un jugador del cuadro canario, y no lo hizo. Aunque claro está que si sancionó penalti a favor de los locales. La espinita que queda es que el compromiso pudo tener un resultado diferente, pues el conjunto Pío Pío hubiese jugado con 10 durante más de 75 minutos.
La jugada del partido que lo pudo cambiar todo y que Baraja recrimina a Gil Manzano
Hacia el minuto 13 de la contienda, hubo un tiro de esquina a favor de los locales que ejecutaron sin problema, pero en el testarazo el balón quedó servido para Barrenechea que solo tenía que empujar con el pie. No obstante, José Campaña se percató el riesgo y tomó de la cintura al jugador Valencianista jalándole hacia atrás para evitar que este impactara la pelota.
El penalti era clarísimo y así lo sancionó Gil Manzano que ni siquiera tuvo que ir al VAR a confirmarlo. En lo que Baraja considera que si falló el árbitro, fue en el color de la tarjeta que le mostró al ex Levante. Todos pedían la roja directa, pues se trata de una ocasión manifiesta de gol. Algo así como último hombre. Pero en vez de eso, el extremeño le mostró la amarilla.
Gil Manzano si mostró una roja pero a los de Baraja
Entre las tantas tarjetas amarillas que el réferi pacense mostró en los 90 minutos, sí hubo una roja, pero fue para el equipo blanquinegro. Que entre otras cosas, no era una jugada que ameritaba dicho cartón, y menos de manera directa. Fue para el mediocampista Pepelu, cuando Kirian Rodríguez se le acercó para pedirle el balón con intenciones de agredir al valenciano, y lo que hizo este último fue colocar su mano en el pecho de su rival.
Gil Manzano, interpretó la jugada como agresión de Pepelu al capitán canario, quien le mostró la roja directa, mientras que Rodríguez solo vio la amarilla. Al final, el partido terminó 2-3 a favor de Las Palmas, con un arbitraje que no solo causó polémica sino terror hacia los otros equipos a los que les toque con este réferi. Como suele suceder, el CTA no se pronunciará al respecto.