Al entrenador se le empiezan a acabar las disculpas y con el agua al cuello analiza de forma simple las falencias de su equipo
Este sin duda no es el panorama que esperaba vivir José Bordalás tras sus primeras semanas como entrenador del Valencia CF, hundido en una crisis no solo de resultados sino de rendimiento. Las críticas no se están haciendo esperar, y mucho menos, los lanzamientos peyorativos a un proceso que va ligado a lo que hay.
Por eso, tras la entrevista luego del partido que han perdido ante el Betis, ha salido a dar la cara y a afrontar todo lo que esto conlleva. Bordalás ha escudado parte de su responsabilidad en las lesiones y en algunos conceptos que como equipo siguen quedando huérfanos. Un tema repetitivo pero con el agravante de tener 7 jornadas en las que no se sabe lo que es ganar.
Con la crisis aumentando de temperatura, el Valencia y José Bordalás salen a afrontar un partido clave ante un rival peligroso
Aunque la sensación es de tranquilidad, lo cierto es que el entorno quema. Bordalás ha dicho que sus jugadores salen a ganar, y que sus planteamientos están basados en ello. Luego viene la hora de la verdad, no se está presionando como debe ser y en desconcentraciones te liquidan. El equipo tiene que mejorar en concentración, y en habituarse a un sistema moderno donde los duelos personales lo son todo.
También ha hablado de las jugadas divididas, las segundas pelotas y hasta el nivel a la hora de la toma de decisiones. Lo que agradece eso sí a toda voz es el nivel de esfuerzo. Sabe que tienen un compromiso con la gente y lo recalca. Ahora se viene Villarreal, con una seguidilla de partidos malos, sin los resultados que buscan y eso complica aún más su panorama.
Confiado en su puesto el míster busca revulsivos
Por fortuna ha dicho que muchos de los jugadores sentidos están recuperándose de forma satisfactoria y lo que sigue es controlar los tiempos para evitar ponerlos en riesgo. El mejor ejemplo es Gabriel Paulista que una vez acabado el partido ha dicho que no se pierde el siguiente partido por nada del mundo y ellos confían en su criterio.
Las especulaciones de un relevo de su cargo han sido disipados de inmediato. Él cree estar firme en ese puesto, pues aparte de todo sabe que tiene a la directiva de su lado. Ellos confían en su trabajo y su responsabilidad es enfrentar el momento con responsabilidad. Algo de lo que se siente cómodo y que busca imponer jornada a jornada.
