La emoción se apodera del estadio con el coro minero de Turón entonando ‘Santa Bárbara bendita’
El Molinón-Quini vivió una de sus noches más emotivas este sábado, y no precisamente por el fútbol. En los prolegómenos del partido entre el Sporting de Gijón y el CD Tenerife, el estadio se detuvo para rendir homenaje a los cinco mineros fallecidos en la mina de Cerredo, al sur de Asturias. La tragedia, ocurrida apenas días antes, había conmovido a toda la región.
El homenaje fue protagonizado por el coro minero de Turón, cuyos integrantes, muchos de ellos antiguos trabajadores de las cuencas asturianas, interpretaron con solemnidad y emoción ‘Santa Bárbara bendita’. Esta canción, oficialmente conocida como El pozo María Luisa, es más que un himno en los valles mineros: es memoria, es identidad, y esta vez, también fue luto.

Una ceremonia de pueblo y dolor: “Traigo la camisa roja de sangre de un compañero”
Las gradas enmudecieron. Miles de gargantas contuvieron la respiración mientras resonaban las voces profundas del coro. Un estadio entero se convirtió en eco de una tierra que aún llora cada pérdida en las entrañas de su montaña. La letra, cargada de significado, tocó la fibra de todos los presentes: “Traigo la camisa roja de sangre de un compañero”.
El momento dejó imágenes imborrables. Aficionados de todas las edades con lágrimas en los ojos, abrazos sentidos, y un silencio reverente que solo rompía el canto dolido a Santa Bárbara, patrona de los mineros. Porque, aunque el partido acabaría en derrota y destitución, aquella noche, lo que importaba era recordar.
La cuenca minera asturiana, marcada por el sacrificio y la lucha, encontró en el fútbol un espacio de respeto, unión y homenaje. Un estadio se convirtió en altar, y una canción, en oración.