Necesita al menos dos hombres en dos zonas, el centro de la cancha y la zona alta de su ataque
Ha salido a la luz pública una información esclarecedora acerca del rumbo que han tomado los recursos en el Atlético de Madrid durante los últimos 9 años. Dentro de ello, se puede verificar que más allá de ciertas especulaciones el rumbo de equilibrio tomado por el club es un tema que viene cumpliendo un registro exacto.
Se ha invertido la misma suma de dinero de la que sale, eso quiere decir que las afectaciones económicas producto de esta situación no se compara con la de los más grandes. Durante este tiempo el colchonero ha soltado jugadores en formatos de venta o cesiones por 905 millones, mientras ha adquirido sus refuerzos en 926.
Es evidente, para poder realizar un buen papel necesitan meter mano en zonas delicadas
Lo último es parte de la ecuación, es decir, soltar a Thomas Partey ha abonado a esta premisa con creces, aunque no se ha tomado iniciativa en el hecho de suplir su ausencia. Si bien Lucas Torreira ha hecho su arribo como cedido, es un movimiento plano que no incluye opción de compra, y está supeditado a las duras exigencias de los Gunners.
Tampoco en ataque, donde han vendido definitivamente a Álvaro Morata por 35 millones de euros a la Juventus de Turín. Allí tan solo ha llegado Luis Suárez, jugador por el que han desembolsado tan solo 6 kilos. Pero con la inclemencia de la temporada es apenas necesario. Ellos saben que tienen que ubicar dos referentes de las zonas si al menos quieren disputar los puestos de vanguardia.
El equilibrio debe romperse, y el llamado a incitarlo es el entrenador más querido de los últimos años en Madrid
Teniendo en cuenta los números arriba mencionados, el desequilibrio en la relación de ingresos y egresos es de tan solo 21 millones de euros. Eso quiere decir, que por temporada arroja 2.3 millones de desface. Una cifra tremendamente menor a la arrojada por el FC Barcelona y el Real Madrid, los clubes de referencia en el país.
Esto puede ser tomado desde varias perspectivas, pero la positiva se apodera de todos. Han trabajado duro en mantener un equilibrio que hoy el responsable deportivo pide romper. Más que por convicción por una necesidad, ya que la responsabilidad en la Champions crece cada año, y la búsqueda del título de Liga se hace imposible olvidar.