No se lo van a pensar más, la orden de su entrenador es contundente por la gran estrella brasileña
Sevilla tiene en sus filas una perla, un diamante en bruto, Diego Carlos. El rendimiento en la actual temporada del brasileño ha sido notable, contando para los expertos como la grata revelación y uno de los mejores defensores centrales del mundo. Por eso varias entidades le respiran en la nuca, incluido el Real Madrid y otros grandes de las islas británicas.
Pero no ha sido ninguno de ellos los que en las últimas horas han aparecido con fiereza para llevarse el trato, ha sido el Tottenham Hotspur de José Mourinho. Impulsados por su alto rendimiento, los Spurs creen conveniente afrontar su contratación en base a un hecho simple, el pago de su cláusula.
Un enredo de cifras no hace quitar el pie en el acelerador por parte del elenco inglés
Hay que decir que todo esto ha sido frenético, y más si se mete en la misma bolsa al defensor y su actualidad contractual. En realidad el pedido del Sevilla por el zaguero es de 30 millones, pero no quieren salir de él, por lo que el que pretenda hacer caja allí deberá limitarse al abono total del contexto de fuga.
Mourinho no ve problema, 65 millones por un central de semejantes prestaciones es justo lo que necesita. Es rápido, fuerte, y gana especialmente cada duelo por bajo y por alto. Dará un salto de calidad, y aparte podría complementarse a la perfección con activos como Dávinson Sánchez también de enorme futuro.
Los señalados por parte del portugués ya conocen su destino
Incluirle no es el inconveniente, el tema pasa por el pago directo de su ficha. Diego Carlos pasaría a cobrar una importante suma de dinero, que en Inglaterra ahora mismo no consideran. La única alternativa es darle salida a un jugador al menos, y para ello existen dos candidatos ya señalados. El primero de ellos es Tanguy Ndombélé.
Lo quiere el FC Barcelona y aunque todavía no existen acuerdos si se podría estar sellando en las próximas semanas. El otro es Erik Lamela, el argentino no es querido por Mou, y ya sabe que su futuro pende de un hilo. Todo está señalado, no hay inconvenientes desde ese aspecto y la toma está al cobrar. Veamos qué nos muestra el futuro.