Todo parece indicar que el desespero se ha apoderado del cuadro culé, que va por la consecución de un acuerdo sin precedentes
Hace mucho tiempo que Ivan Rakitic viene estando en el ojo del huracán en las filas del FC Barcelona. El equipo culé se ha convencido de que encontrará un pretendiente que sea capaz en principio de abonar los 30 millones de euros que pretende sacar. Pero no ha sido simple, y por más que el Sevilla esté al acecho, el pacto económico sigue sin cerrarse.
Además de todo esto, el jugador tendría que bajarse el sueldo, y no sería poca cosa, que para los tiempos que corren el corte sería significativo. Pero Monchi lo ha detectado, y le quieren eso está claro. Por ello ha ideado una propuesta que incluye aun jugador, que no es precisamente Diego Carlos o Lucas Ocampos como se venía tratando en los últimos meses.
Las condiciones lo son todo, y marcan el destino de una potencial transferencia
Importante en primer lugar que a Rakitic le mantengan su estatus, y eso se logra con minutos y confianza del cuerpo técnico. Eso es precisamente lo que manifiesta Lopetegui, que con esta campaña está rompiendo todos los paradigmas. Aunque más allá de eso está un punto directo, el convencimiento para el Barcelona que sigue reacio a mover sus fichas.
Creen que Oliver Torres es el jugador indicado para meter en el trato, y más ahora que viene siendo titular y teniendo un buen margen de minutos en el equipo. Su talento está fuera de cualquier discusión, y solo queda prendado el hecho de ser un jugador inconsistente al que la vida se le ha pasado entre algodones.
A Oliver Torres le someten a todo tipo de estudios antes de aceptar cualquier negociación
Su paso por Portugal fue importante, pero lo es mucho más en este momento quedarse con la actualidad que viene experimentando en Sevilla. Setién considera que es un jugador funcional que le puede dar un aporte importante, aunque en una zona donde quizás tenga demasiada competencia. No lo ven como un jugador del 3 en el centro, sino un jugador más de ataque.
Por una banda o como falso 9, lo cierto es que justo allí las cosas se complican y todo va en contra. Bartomeu no va a aceptar un truque en donde pierda dinamismo en las variantes, y muchos menos explosión en una zona tan crucial. El hueco lo tendrá que abrir el entrenador, pero la decisión la toma el presidente. La expectativa no deja de estar.